Iker Azkoitia: "Creo que al final la voz autoral es lo más importante"
Entrevista a Iker Azkoitia, creador de la primera serie de ‘Showrunners: Aula de Ficción’

«Creo que al final la voz autoral es lo más importante»

La primera edición de 'Showrunners: Aula de Ficción', el programa educativo de ESCAC y Mediaset, ya tiene su primera serie en producción: 'Detective Romi'.
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Iker Azkoitia, alumno de ‘Showrunners: Aula de Ficción’ y creador de la serie 'Detective Romi' / ESCAC

Hablamos con Iker Azkoitia, creador de la serie, quien nos cuenta su experiencia y cómo ha sido el desarrollo del proyecto dentro de un máster que encamina ya su segunda edición y que, por lo que nos ha contado Iker, tiene un enfoque muy práctico y profesional. Destinado a ser una puerta de entrada a la realidad de la industria.

Para empezar, la primera pregunta puede interesar a quien esté leyendo esto y quiera apuntarse a ‘Showrunners: Aula de Ficción’. ¿Cómo es el proceso de inscripción? ¿Cómo lo conoces y cómo accedes en tu caso a este proyecto formativo?

Pues yo accedí a través de un email de la oficina de Eva Leira y Yolanda Serrano que me conocían por mi faceta de actor. Y claro, pensé, en un primer momento, que era una convocatoria de acting. ¿Y cuál fue mi sorpresa? Que no, que era para hablarme de un programa que se estaba empezando a hacer con una iniciativa nueva y que bueno, para ver un poco mi perfil y a través de eso accedí a una prueba por escrito y después a dos entrevistas personales que fueron en Mediaset. Y a raíz de eso ya me llamaron para decirme que había sido seleccionado para formar parte de este programa formativo, que se encuentra un poco entre lo educacional y la industria. Y ahí empezó la cosa, la aventura.

¿Y fue un proceso difícil?

Pues había una fase primera que consistía en coger una idea no original y te plantean cómo la convertirías en serie. Se trata de presentar una especie de dossier de presentación de una serie a raíz de una idea no original. Podía ser cualquier cosa, algo que te gustase como una película, un libro o una noticia, a ver cómo lo convertirías en serie. Era una especie de prueba de cómo harías tú un dossier de presentación. Y nada, recuerdo que eso me lo curré muchísimo y se me fue también mucho la olla, montando un teaser con cosas de internet.

Y luego las entrevistas personales fueron muy muy curiosas porque, claro, te presentas allí como muy nervioso, pero al final me terminé riendo un montón. Fue como muy campechano todo. No sé. Me sentí muy bien. Me hicieron sentir muy a gusto. Y al final pues nada, ahí que entré, afortunadamente.

Tu proyecto se titula Detectice Romi y es el que ha sido seleccionado, digámoslo así, para ser llevado de la teoría a la práctica, ¿no?

Sí, al inicio del programa se nos pidió a los 12 alumnos que cada uno tuviera su idea original, su planteamiento de serie y que empezara a crear su serie. Y ahí que nos pusimos los 12 alumnos, cada uno con su mundo y su universo, a crear un planteamiento. Creo que empezamos en octubre y ya en febrero había una especie de primer pitch a Mediaset.

O sea, un pitch, una presentación allí en Mediaset con Paolo Vasile, Arancha Écija, Sergi Casamitjana…estaban todos ahí. También nuestro tutor, Oriol Capel y estaban Eva y Yolanda también. Sí que es verdad que creo que de los 12 proyectos hubo un primer corte dentro de la ESCAC y los que presentamos en Mediaset en febrero fuimos 8 y ahí que me fui a presentar Detective Roni.

Para entonces ya tenía, pues eso, la premisa, el universo, los personajes, los conflictos principales. Tenía un dossier creado, una «mini proto biblia», cómo para vender el proyecto. Y de esas 8 presentaciones salían hacia adelante 4, si no me equivoco. Entonces ahí ya nos pusimos a trabajar por equipos, que coincidió de hecho con la cuarentena y el confinamiento. Y nada, en esa fase se trataba más de entrar a desarrollar, no ya lo que es la Biblia inicial, sino más el contenido y sobre todo, el guion de los pilotos.




¿’Detective Romi’ es una idea que te ha surgido dentro del máster o que ya tenías previamente?

Es una idea que creé dentro del máster. De octubre a febrero, cuando fue la presentación a Mediaset, en esos primeros meses es cuando empezamos a darle vueltas a la cosa. Ya te digo, la primera semilla no tenía nada que ver. Después cogí la idea para otro lado, después pensé en valores diferenciales, en qué podía ser atractivo. Hubo una primera presentación en la que –Detective Romi– ya iba cogiendo tintes de procedimental y comentaron que el concepto de este género gustaba mucho. Entonces ya ahí lo terminé de encajar, no de decir “ah, vale, vale, pues por aquí”. Y ahí fue cuando en febrero ya cada uno presentó su serie.

Y ya que estamos hablando de Detective Romi, ¿de qué trata la serie a grandes rasgos?

Pues en la serie, la protagonista, Romina Goitia, es una detective hipoacúsica, con una capacidad única para interpretar a la comunicación no verbal y detectar la mentira. Trabaja en Bilbao junto a su compañera Patricia, que al contrario que ella, es extremadamente disciplinada. Son como la noche y el día. Y mientras investigan la muerte del padre de Romina años atrás, Romi va destapando una peligrosa red de corrupción institucional a la que tiene que hacer frente junto a su madre, Alaya, que es jefa de investigación criminal de la Ertzaintza.

Nos has contado que el proyecto de la serie nace dentro de ‘Showrunners: Aula de Ficción’. Pero imaginate que la serie no te hubiera surgido allí y lo hubieras llevado tú por tu cuenta. ¿Qué es lo que crees que te ha aportado el Master? ¿Qué crees que sin ‘Showrunners: Aula de Ficción’ no hubieras podido hacer nunca?

Pues a ver, a mi hay una cosa que siempre destaco bastante del máster y es el proceso de comunicar tu serie desde el primer momento. Aprender a comunicarla con los profesores, con el tutor, con los compañeros, ¿no? Y a la hora de comunicar hay algo de retroalimentación. De darte cuenta de qué cosas pueden interesar más, de qué cosas funcionan mejor o no. Muchas veces creemos en el mundo de la series que primero se hace la creación y después el pitch de venta, ¿no? Pero hay una cosa de aquí que me interesa mucho a nivel personal y que creo que he aprendido mucho de ello. Y es a beber de esa retroalimentación. Al mismo tiempo que tú estás comunicando tus ideas, tus personajes, tu serie, identificar qué es lo que llega, qué es lo que interesa. Y a raíz de ahí ir modulando, ir equilibrando, ir compensando, porque eso también crea unas bases que te van solidificando la propia serie.

Y luego desde luego, la conexión clara y directa, con la industria. Desde el primer momento nos lo comentaron así ya que, como era un primer máster, estaban viendo como iba a funcionar, pero tenía la gran cosa de ser un proceso finalista. Ellos decían «De aquí, Mediaset hará una serie».

Entonces, de las doce series era una especie de Juegos del Hambre, por así decirlo, entre comillas en plan coña. Pero sí que había una motivación muy, muy fuerte de decir “bueno, pues oye, adelante”. Uno siempre piensa que esto es un poco lotería, porque también es muy coyuntural. Igual en ese momento de tu vida a las cosas que se te ocurren y que trabajas, pues no interesan, o lo que sea. Pero había un elemento motivacional muy fuerte que en mi caso, me ayudó mucho a empujar, a tirar y a estar ahí a muerte.

Desde luego también las masterclasses, los encuentros y las clases con los profesionales de la industria son también clave en eso. En este proceso de formación fueron muy muy guays. Porque ya desde el primer momento te están intentando posicionar la cabeza en la Industria. En lo que puede funcionar, en lo que no… Aprendes a sacar un poco la cabeza hacia atrás, porque muchas veces los creadores nos cerramos en las cosas que a nosotros mismos nos interesan y queremos contar. Pero bueno, también se trata de saber qué es lo que interesa al mundo, no? Y aparte de eso tener también una noción un poco de la industria, conocer de primera mano a profesionales que están a pie de campo y que están viviendo una realidad concreta. Y eso es súper interesante.

Y a nivel formativo, ¿ha sido un proceso en el que os habéis sentido acompañados? Imagino que con la pandemia en pleno proceso eso habrá repercutido también. ¿Pero ha habido un seguimiento contínuo de vuestros proyectos? ¿Ha habido demasiada competitividad?

El seguimiento ha sido el arrope de nuestro tutor, Oriol Capel, que estaba ahí, viento y marea. Estaba acompañándonos en todo momento. Ha sido un lujo contar con él en el proceso formativo, porque es que además es una persona que está ahí constantemente. Apoyando, ayudando, tirando y dándote un punto de vista de tutor profesional. Es una maravilla.

Y en cuanto a la competitividad, sinceramente, no es un entorno competitivo como tal. Puede parecerlo porque también al final de cada proyecto está compitiendo consigo mismo. Los proyectos entre sí no han tenido nada que ver. Ninguno le mordía el pastel al otro porque eran géneros muy distintos. En toda la primera parte del programa, en la que cada uno estaba allí en su mundo, estábamos los compañeros pues intentando ayudarnos. El estar ahí, el comentar, el dar feedback… eso es lo bonito del programa. Por suerte en esa parte no había estallado la pandemia aún y pudimos estar físicamente.Y eso creo que es súper importante. La presencia física, el estar, hacer un café, el compartir, el charlar es súper necesario. Y coincidió que la parte de la pandemia fue justo cuando ya habíamos hecho el pitch en Mediaset y un corte importante de proyectos. Ahí ya empezamos a trabajar por equipos. Ahí tuve la suerte de estar trabajando con Pau Bacardit y Lluís Mosquera y con nuestro tutor, claro.

En ese momento claro, yo estaba encerrado en casa, como todos, cada uno en su casa. Pero como era un trabajo más de de investigación, de análisis para ir desarrollando, pues se podía hacer perfectamente en la distancia. Y ahí ya entre equipos no ha habido esa competencia. Ya te digo,yo no la he vivido así porque es que no tenía nada que ver. Si a Mediaset le interesaba un proyecto iba a ser por una cosa o por otra.

Y ahora vayamos a la palabra mágica Showrunner, que está en el nombre del máster. Una palabra que muchos utilizamos casi a diario pero que, a veces, te preguntas hasta qué punto el público general la conoce bien. Hablamos mucho de directores, guionistas, productores. Para ti, una vez has sido alumno del máster, ¿cómo definirías Showrunner y sobretodo, qué es lo que has aprendido en esta formación que te haya hecho decir: “Vale, esto es un Showrunner”?

Para mí, lo que yo he terminado entendiendo, por así decirlo (Risas), es que la figura del Showrunner tiene que ver con con el guion, porque sí que está estrictamente relacionada con una figura del guionista, pero sobre todo también con la creación y con quien tiene el alma o la voz de la serie. Por tanto, también de alguna manera tiene mano en las decisiones above the line ¿no? Que serían, pues, las decisiones más importantes de la serie. El Showrunner debe estar ocupando ese espacio de toma de decisiones de alguna manera.

Más allá de eso, pues el tipo de profesional que encarne esa figura, pues bueno, puede ser un guionista y productor ejecutivo, o puede ser guionista y director y no productor ejecutivo. Puede ser un productor ejecutivo que haya tenido de alguna manera la idea, ¿no? Y que tenga muchas cosas claras aunque a veces no se meta tanto en guion. Por eso es tan confuso este mundo (Risas). Como es un término que viene de una herencia en inglés y que hemos trasladado aquí, no acabamos de encontrarle la definición definitiva.

Hay gente que te dice directamente que el Showrunner es el productor ejecutivo. Pero sí que esa cosa de que la idea del Showrunner esté hincada a alguien que tiene que ver con el guion, me parece que es importante, porque desde luego para mí es quien tiene el alma de la serie en sus manos.

Entonces, podríamos decir que en el máster se inclinan más por la vertiente de guion dentro del concepto de Showrunner? O también os han enseñado la vertiente más de producción y dirección?

Sí que ha habido asignaturas de narrativa audiovisual, de producción, clases de procesos, de presupuestos, de calendario. Pero eso ha venido más a posteriori, porque el máster era un máster finalista y había una necesidad de cubrir ese pitch a Mediaset y de alguna manera, de este proceso finalista. Entonces, claro, todo el grueso se lo ha llevado la creación y el desarrollo. Entonces el guion ha tenido mucha, muchísima importancia, porque además es la base de cualquier proyecto audiovisual. Si no tienes un piloto escrito, una Biblia, una base textual, no se puede seguir trabajando.

Eso sí, a partir de ahí, sí que hemos tenido masterclasses para intentar darnos recursos más encarados a un futuro camino como Showrunners ¿no? Porque además el tema de la producción ejecutiva viene también con la edad. O sea, ese es alguien que tiene que saber de distintos campos, de distintas materias. Saber qué función está haciendo cada uno de los profesionales que están envueltos en la serie. Saber qué les puede pedir.

Entonces bueno, es algo que sin duda pienso que se va adquiriendo con la experiencia y con el trabajo. Entonces, de buenas a primeras tener esos recursos a mí, por ejemplo, me ha venido muy bien. Me ha ayudado mucho porque sí que es verdad que de producción audiovisual no había, no tenía tanta base y eso lo he valorado mucho.

Siguiendo con el tema de la figura del Shuwrunner, ¿Tienes algún/a Showrunner como referente?

Pues a ver. Yo voy a tirar o por lo patrio, porque creo que muchas veces cuando se hacen estas preguntas, nos vamos siempre a lo americano y hala, a las series que lo petan y que están de moda y me parece lo más fácil. Fleabag por ejemplo me alucinó, me apasionó y dije joder, que visión y qué voz tan única. Claro que sí. Pero por ejemplo, como referentes yo tengo ahí una mente la carrera o la forma de trabajar de Darío Madrona. Me parece como una figura que me genera mucha admiración. Algún día me encantaría poder llegar a hacer series como Darío Madrona ¿no?

Y luego también está ahí, Abril Zamora, que llevo siguiendo su estela desde su etapa teatral. Siempre le seguía la pista porque me parece una creadora que tiene un universo dentro de una cabeza, un corazón y una sensibilidad que que vamos,me parece casi a sobrehumano lo que tiene dentro. Me parece impresionante. Para mí, Abril Zamora sería un buen ejemplo a seguir.

Eso está bien. Como Showrunner entonces, ¿cuál es tu objetivo con Detective Romi?¿ Con qué quieres que se quede la gente cuando vea la serie en su día?

Pues mira, durante el proceso del máster para mí hay una cosa que me empuja muchísimo en la conexión más personal o emocional que tengo con el proyecto. Y es que yo, cuando era adolescente o pequeño, en este caso por orientación sexual pero puede ser por cualquier otro tipo característica, no encontraba referentes en la ficción. Y bueno, mi visión de la realidad estaba muy sesgada por eso, yo no sabía que eso se podía hacer, que existía.

Claro.

Y eso condicionaba también mi forma de ver el mundo y a medida que creces piensas “Joder, es que hay mucha gente que no tiene referentes o no se están teniendo en cuenta otras realidades. Realidades comunicativas, realidades sexuales hay muchas. Entonces a mí lo que más me me tiraba en este proceso del máster a la hora de de trabajar la serie que estaba creando era este motor personal o emocional. Decir, “me gustaría que esto sirviera para tener distintos referentes y ya sólo con eso me voy a la cama feliz”. En este caso es una protagonista hipoacúsica, pero podría haber sido otra realidad poco representada.

Antes has mencionado referentes nacionales y quería acabar preguntándote por el estado actual de la ficción española televisiva. Últimamente decimos que está en un momento dulce, con el auge de las plataformas. ¿Hasta qué punto crees que SHOWRUNNERS: AULA DE FICCIÓN llega en un momento bueno para la industria? ¿Es el momento ideal para este tipo de formación?

Yo creo que sí, eh? Creo que es un momento ideal. Yo también te digo, he tenido como un proceso, de alguna manera muy multidisciplinar. Y esta cosa multidisciplinar es muy bonita. Disfrutas mucho tocando distintos palos, pero hay un punto en el que dices “jope, si para la gente que se dedica a una única cosa en exclusiva. Que le dedica todo, todo el tiempo del mundo, a eso ya es difícil el acceso, imagínate un perfil multidisciplinar”. Entonces, claro, yo en ese sentido no hubiese sabido por dónde tirar para realmente contar mi propia historia. Creo que este máster, en este sentido, para mí ha sido clave.

Honestamente lo digo, ha sido como un “billete dorado” de Willy Wonka. Una oportunidad de oro para tener el foco puesto en un único proceso. Para apostar por mí, para aprender y absorber como una esponja. Y para darle una salida a una serie creada por mí. Que, bueno, hubiese sido un sueño solo al inicio. Vamos, sigue en un sueño y será un sueño si termina llegando a buen puerto y todo bien.

Y en cuanto al momento de la ficción española en particular, creo que las plataformas que aterrizan en España cada vez más lo que buscan es precisamente a nuevos creadores, nuevas visiones, nuevas voces y para eso hay que probar y hay que formarse y hay que meter la cabeza. Puede ser a través de másters, a través de programas formativos. Creo que de alguna manera hay una nueva ventana abierta. No sé cuán grande o pequeña es esa ventana. Porque yo accedí a este máster, pero antes no había intentado no había intentado entrar en este mundo. Venía más del mundo teatral y no había hecho un esfuerzo enorme en el audiovisual. Había hecho cortometrajes, escrito, producido y dirigido cortometrajes. Pero bueno, a una escala que nada tiene que ver con la televisión. Entonces creo que sí, que están abiertas unas puertas ahora mismo y que habría que abrirlas bien. Yo por lo menos si no es por este máster, no sé qué estaría haciendo ahora.

Claro que sí, se trata de abrirlas y hacerlas lo más grandes posibles y que así siga. Decías que estás cumpliendo un sueño y nada, que ojalá el sueño siga haciéndose realidad y podamos ver pronto tu primera serie Detective Romi. Muchas gracias por atendernos y sobre todo, mucha suerte con el proyecto

Muchas gracias a vosotros, ¡A por ello que vamos!

Escrito por Guillem F. Marí en .