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Nivel de spoilers: Ligero
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¿De qué trata? Sam Wilson (Falcon) descubre una nueva amenaza mientras gestiona sus problemas personales en Luisiana. Bucky Barnes trata desesperadamente de reintegrarse en la sociedad, pero tiene pesadilla sobre actos terribles que cometió siendo el Soldado de Invierno.
Este episodio nos plantea cosas tan mundanas como cuánto cobra un Vengador y cómo paga sus deudas bancarias.
La primera escena de Falcon y el Soldado de Invierno nos muestra a Falcon, es decir Sam Wilson (Anthony Mackie) planchando una camisa. Es el resumen perfecto de lo que pretende ser esta serie. Así como también es una buena muestra visual del gran contraste entre las encarnaciones principales de DC y Marvel actuales. Y no lo digo por chinchar. No entraré en consideraciones subjetivas al respecto ni en partidismos que me han parecido siempre absurdos. Pero en una fecha en la coinciden el estreno de la nueva de Marvel junto con el estreno del esperado montaje de Zack Snyder de La liga de la Justicia, el contraste temático entre ambos títulos no podría ser más evidente.
Para Snyder, su visión de los héroes de DC es mitológica, elevándoles a alturas divinas. En cambio, Marvel suele apostar por buscar lo terrenal y lo humano en sus héroes, siempre con una gran dosis de fallos y taras a sus espaldas. Y aunque obviamente hay matices y visiones distintas en tantas décadas de historias en los cómics, la visión más radical y de máximos de Zack Snyder choca de golpe, por la coincidencia de fechas, con el enfoque quintaesencialmente Marvelita de la serie que nos ocupa, Falcon y el Soldado de Invierno.
Porque, aunque el primer capítulo de hoy titulado ‘Nuevo orden mundial’, empieza con un chute de acción tremendo, con Falcon en una misión de rescate aéreo, lo cierto es que es un episodio relativamente tranquilo. Pues lo que le preocupa es sentar las bases de la serie. Y lo hace precisamente potenciando esa vertiente «realista» –debería estar entre muchas comillas– de la que Marvel Studios nunca ha rehuido pese a los fuegos artificiales, viajes espaciales, reinos mágicos y virguerias espacio-temporales que han poblado una saga que se ha distinguido por un espíritu ligero y podríamos decir, festivo.
O qué pasaría políticamente si el mundo viviera el Lapso de cinco años provocado por Thanos.
En este sentido, puede que Falcon y el Soldado de Invierno sea la apuesta más realista de Marvel para ir arrancando la etapa actual de su Universo. Este primer episodio parece contestar a preguntas de este plano más terrenal. Y no solo con el ejemplo de un Vengador planchando una camisa. Este episodio nos plantea cosas tan mundanas como cuánto cobra un Vengador y cómo paga sus deudas bancarias. O qué pasaría políticamente si el mundo viviera el Lapso de cinco años provocado por Thanos.
La respuesta a esta última pregunta parece que la encontramos con la llegada de un nuevo grupo terrorista, llamado los «Sin Banderas». Una organización enmascarada que está a favor de los postulados de Thanos. Creen que el mundo era mejor cuando perdió a la mitad de su población. Primera introducción de un grupo que será una de las amenazas –no será la única- en forma de villanos de esta serie y que lleva la trama por distintos punto del globo terráqueo. Como hace cualquier buena propuesta del género de espías y bélico en la que Falcon y el Soldado de Invierno se enmarca.
Cronológicamente hablando, tanto WandaVision como Falcon y el Soldado de Invierno se sitúan en el mundo post-Endgame, con una Tierra saliendo del trauma de la llegada de Thanos y los cinco años en los que la mitad de la población desapareció. Ambas series están muy dedicadas a salir de ese trauma tanto colectivo como personal y ofrecer a sus respectivos protagonistas, nuevos caminos a seguir. Por eso, en ‘Nuevo orden mundial’, la preocupación principal es la de presentar a unos protagonistas, Sam Wilson y Bucky Barnes, los dos amigos del Capitán América que aún no comparten escena, afrontando a sus particulares dificultades en este mundo cambiado tras la Batalla con Thanos.
‘Falcon y el Soldado de Invierno’ acaba este primer episodio con un golpe bajo y por la espalda del gobierno contra Sam.
A Sam lo encontramos afrontando los problemas financieros de su hermana, en su hogar natal. Y a Bucky (Sebastian Stan) volviendo a una vida como civil y adaptándose a una era que que no le tocaría vivir. Él es un hombre de los años 40 que, tras décadas siendo congelado y descongelada y programado y reprogramado por HYDRA, debe reinsertarse en una sociedad que abandonó hace un siglo.
Y lo hace un poco al estilo de Jason Lee en Me llamó Earl. Con una lista de malas acciones durante sus oscuros días como arma de HYDRA, con la que intenta compensar el daño hecho. Sus dificultados pasan por el trauma constante de unas pesadillas/recuerdos de su vida anterior. Lo vemos yendo a terapia obligada, siguiendo estrictas normas, rechazando las mensajes de Sam y haciéndese amigo de un familiar de una de sus víctimas. Ah, y también intentando eso de volver a la escena amatoria, con una first date en toda regla. Como vemos, lo mundano y terrenal apoderándose totalmente del Universo Marvel.
Y más allá de los problemas financieros de Sam, para el bueno de Falcon hay algo más proyectándose que marcará su destino próximo: el escudo del Capitán América. Empieza el capítulo devolviéndolo al Smithsonian, unos meses después de que Steve Rogers (Chris Evans), el Capitán América en persona, se lo diera antes de retirarse. Un relevo del que parece que Sam reniega una vez devuelve el escudo a las autoridades.
Lo apuntamos en nuestra previa de la serie: una de las constantes en la saga del Capitán América es la fricción entre el capitán y los dirigentes gubernamentales. Falcon y el Soldado de Invierno mantiene esa línea y acaba este primer episodio con un golpe bajo y por la espalda del gobierno contra Sam. Se entera, por la TV, que el gobierno tiene un nuevo Capitán América al que presenta al mundo con su reluciente nuevo traje y escudo de siempre.
No se trata, obviamente, de Steve Rogers sino de John Walker (Wyatt Russell), un nuevo personaje al que iremos conociendo. Un cliffhanger en toda regla con el que termina el primer episodio. Una revelación sorprendente. No por no esperada, si no por ser un pelín distinta de lo esperado. John Walker, asumíamos, sería US Agent. Un personaje sustituto del Capitán América, eso sí, pero no portador de su mismo título. Un golpe de de efecto que como decíamos, es un golpe bajo para Sam. El cliffhanger convertido en balonazo en la entrepierna.
Otro retorno agradable es del del gran Don Cheadle recuperando a su personaje de Jim Rhodes AKA Máquina de Guerra AKA, mejor amigo de Tony Stark.
Este arco argumental que se presume será importante, tiene una gran dimensión humana, con la que nos será fácil conectar. Batallas con superpoderes a parte, ¿Quién no ha deseado un trabajo o un ascenso que se le escapa de la punta de los dedos? Ya sea por no creértelo demasiado, por huir de ciertas presiones y responsabilidades o porque tu jefe te da la espalda en el último suspiro. A Sam se le suman un conjunto de todas esos factores internos y externos. Y eso duele.
Easter Eggs y teorías del MCU
Por ahora, esta nueva serie no se presume como un torrente de easter eggs y teorías locas como fue WandaVisio, que daba para mucho juego. Aún así, conexiones y retornos de personajes nunca faltan e iremos pillando y descifrando más y más pistas a medida que la trama arranca. Por ahora, ha retornado un personaje muy circunstancial como Georges Batroc, o Batroc el Saltador, interpretado por el luchador de UCF Georges St-Pierre. Él ya fue un rival de circunstancias en la escena introductoria del Capitán América en la película Capitán América y el Soldado de Invierno. Por lo que se vuelta se debe leer más como un paralelismo entre Sam Wilson y Steve Rogers.
Otro retorno agradable es del del gran Don Cheadle recuperando a su personaje de Jim Rhodes AKA Máquina de Guerra AKA, mejor amigo de Tony Stark. Y es que con los dos líderes del MCU fuera, lo ideal es juntar a sus respectivos BFFs. El retorno no es más que un giño y una conexión emotiva pero no debemos descartar la vuelta de Rhodes en algun momento de la acción. Seguro que Falcon y el Soldado de Invierno también servirá para plantar las semillas de nuevas series del futuro y recordemos, Don Cheadle tendrá su propia con Armor Wars.
Y un último retorno, el de Redwing. Sí, el «realismo» de la saga obligó a que Falcon renunciara a su compinche animal en los cómics. Pasó de tener un Halcón de plumas rojas, a tener un compinche robótico. Redwing ahora es un dron inteligente pero, oiga, cumple su trabajo.
- La viñeta del día: En lugar de acabar estos recaps con una canción los acabaremos con una viñeta de los cómics. En este caso una portada. La del número 333 de la saga del Capitán América, publicado originalmente en septiembre de 1987. La portada se preguntaba: ¿Quien será el próximo Capitán América? Una pregunta que quizas pregunte Falcon y el Soldado de Invierno en más de una ocasión. El cómic la respondía de la misma forma que el cliffhanger final del primer capítulo: John Wilson.