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El racismo es uno de los temas principales de American Crime 2. Un problema muy vigente, que ni mucho menos se ha superado en Estados Unidos. Sino, no tendría sentido que un tipo como Donald Trump se postule como candidato a la presidencia del país más importante del mundo.
El conflicto entre razas viene desde tiempos inmemoriales. Cuando los negros lucharon, primero contra la esclavitud, y más tarde defendieron sus derechos civiles junto a líderes tan importantes como el Doctor King o Malcolm X.
Creíamos que estaban consiguiendo cosas importantes. Por ejemplo, el primer presidente negro, Barack Obama, con su “Yes, we can”. Pero nada, puro marketing.
«Un drama de razas pero también de clases, con un detonante explosivo: una agresión sexual a un menor»
American crime 2 hace de espejo de una sociedad que vive y sufre el racismo a diario. John Ridley, su creador y guionista, que ya hizo un trabajo formidable en 12 años de esclavitud, se adentra en un drama de razas pero también de clases, con un detonante explosivo: una agresión sexual a un menor.
A partir de este suceso, la serie nos muestra cómo luchan las familias por sobrevivir a sus intereses particulares. La sombra de la segregación es muy extensa. Y, como contrapunto, tenemos a una familia afroamericana acomodada, que siente que está siendo maltratada por la sociedad por culpa de su color, cuando en su caso no es así en absoluto.
Ridley es capaz de transmitir al espectador en todo momento esa sensación de asfixia. La paranoia de un matrimonio que lucha contra algo que no les concierne, que no les toca, y que irracionalmente sienten que tienen que combatir. Tal vez porque es algo que atraviesa el tiempo, que han vivido desde pequeños y no quieren que sus hijos sufran de ninguna manera.
«Nos recuerda que hoy en día existe la misma segregación en las escuelas de EEUU que hace 40 años»
American crime 2 también nos recuerda que hoy en día existe la misma segregación en las escuelas de EEUU que hace 40 años. Y no pensemos que esto sucede sólo en una parte del territorio, en el sur, como siempre se suele pensar, ya que la segregación más severa tiene lugar en las escuelas públicas situadas en los estados occidentales, incluyendo California.
Es un hecho, y lo vemos a lo largo de la serie, como las minorías raciales se convierten en la mayoría de los estudiantes de la escuela pública, mientras que en la privada hay un porcentaje ínfimo.
Y es que el racismo y la desigualdad de clases van de la mano, un problema que se le atraganta a la tierra de libertad. La creciente desconfianza de los ciudadanos hacia la política y sus recientes medidas de represión tras los numerosos altercados entre policías y afroamericanos –como los de Baltimore en 2015- ya no se pueden tapar.
Pero tiene que haber una razón, por la cual, los jóvenes afroamericanos estén en la calle, sin interés, sin ningún atisbo de mejora, ni de futuro. Se sienten desconectados de una sociedad que no les entiende, que les discrimina por su color de piel desde tiempos inmemoriales, y sienten, que no tienen nada que perder, un arma de doble filo muy poderosa.
American crime 2 es ese retrato incómodo de la sociedad norteamericana que nos hace reflexionar. La cuestión es: ¿hay más racismo hoy en día que hace 40 años?