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Nivel de spoilers: Medio
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¿De qué trata?: Boba Fett (Temuera Morrison) recuerda el momento en que conoció a Fennec Shand (Ming-Na Wen) mientras busca alianzas entre los clanes de Mos Espa.
Este nuevo capítulo de El libro de Boba Fett se titula ‘Amenaza de tormenta’ A juzgar por lo que veremos en sus 48 minutos de duración, podemos aplicar eso de «la calma que precede a la tormenta». Se avecina la resolución final del conflicto entre el incipiente clan de Boba Fett y el poderoso Sindicato Pyke. Y en la calma previa, la serie vuelve a dar más protagonismo a su flashback para desarrollar mejor algo que necesitaba desesperadamente: la relación entre Boba Fett y Fennec Shand.
De nuevo, este capítulo demuestra –a mi juicio– que si las tramas del pasado deben ocupar largos flashbacks, hubiera sido más efectivo centrarlas en capítulos cerrados. Cuesta encontrar el equilibrio entre flashbacks demasiado cortos e intercalados y flashbacks largos que cortan totalmente la narración del presente. Convirtiendo a esos episodios –como el que nos ocupa– en una especie de bocadillos de flashback con pan de presente.
Empezamos en el presente, nos ponemos en el flashback y acabamos en el presente de nuevo. Una estructura que se antoja como algo poco pensado, la verdad. Y bastante tosco. Quizás le doy mucha importancia a este tema, no lo sé. Pero sé que en demasiadas ocasiones ya en El libro de Boba Fett he tenido la sensación que una línea temporal entorpecía a la otra y viceversa.
No lo sabíamos pero resulta que Fennec es también un ser modificado. Como lo son los miembros de la pandilla que reclutaron la semana pasada.
En esta ocasión, por suerte, el flashback que ocupa la gran mayoría del episodio cumple satisfactoriamente la función primordial que se le encomienda. De hecho, en retrospectiva, los flashbacks han satisfecho más necesidades narrativas que la línea del presente. Quizás por la intermitencia de los mismos, esta línea del presente se ha desarrollado poco, a trompicones y con demasiadas interrupciones.
Curando heridas
En este sentido, la trama del pasado nos ha permitido ir completando el puzzle sobre la travesía del desierto de Boba Fett. Ya sabemos: desde su caída al foso del Sarlacc en El retorno del Jedi hasta sentarse en el trono de Boba en The Mandalorian. Paulatinamente le hemos visto superar dificultades mientras cerraba y abría etapas en su nueva vida. Dejó atrás el cazarrecompensas enmascarado para formar parte de una comunidad como los Tusken. Y aprender ahí el sentido de lealtad y respeto que ahora transmitir a su nuevo clan.
Tras el flashback de la semana pasada, lo lógico era seguir hacia el momento en que Boba Fett y Fennec Shand entran en contacto. Un pasaje que, de hecho, ya habíamos visto indirectamente. En el episodio cinco de la primera temporada de The Mandalorian. Hoy, más que nunca, será importante hablar de The Mandalorian. Titulado «El pistolero», el capítulo introducía a Fennec Shand en el Universo Star Wars de acción real. Al final del mismo, tras ser abatida por el joven cazarrecompensas Toro Calican, Fennec acaba abandonada en el desierto y una figura misteriosa se acerca a ella. Así terminaba el capítulo y justo allí está el instante cronológico en el que interseccionan estas dos series desde hoy.
Ese final dio mucho que hablar. Los fans más obsesivos no perdieron el tiempo y la primera teoría que surgió es que se trataba de Boba Fett. Si la serie se avanzó al fandom o fue el revés, nunca lo sabremos del todo. Pero el misteriosos plano en el que estaba rodada esa escena indica me hace pensar que fue lo primero. En todo caso, en ese momento el nombre de Boba Fett se puso sobre la mesa y su reaparición se convirtió en una cuestión de tiempo. Tarde o temprano iba a suceder.
Durante el transcurso de la trama central del episodio vemos como Boba replica con Fennec, en cierta forma, lo que hicieron los Tuskens con él. Recupera su cuerpo moribundo para llevarla a un modificador que implanta partes robóticas en humanos. No lo sabíamos pero resulta que Fennec es también un ser modificado. Como lo son los miembros de la pandilla que reclutaron la semana pasada. Su uniforme tapaba un vientre totalmente mecanizado.
Boba recupera su nave
Tras eso, Fennec quiere pagar el favor y ayuda a Boba a dar el siguiente paso en su retorno a la vida: recuperar su preciada nave, que aún se encuentra en el castillo de Jabba. La misión da pie a una secuencia de acción que, como las del resto del episodio, está muy bien rodada. Estamos ante el capítulo con más y mejor acción hasta la fecha. El relativamente desconocido Kevin Tancharoen, con mucha experiencia en Agentes de SHIELD, sobresale en este aspecto.
El intercambio de favores entre Boba y Fennec da para preparar la típica escena tan propia del western en la que dos protagonistas –pongamos a Richard Widmark y James Stewart en Dos cabalgan juntos, por ejemplo–hablan al refugio de una hoguera. La escena en cuestión encapsula el propósito de este capítulo, pues permite que los dos personajes conecten y formen la unión que llevamos semanas viendo. A través de esa conversación sabemos de dónde le sale a Boba el deseo de formar un clan y porqué quiere dejar atrás su vida como cazarrecompensas.
Nada mejor que una cazarrecompensas para comprender a otro. Es durante la conversación cuando Boba se da cuenta de la inteligencia estratégica de Fennec. Ella tiene claro, por ejemplo, que el ataque a los Tuskens no fue realizado por la pandilla de Nitkos, si no por los Pyke.
¿Veremos la próxima semana a Din Djarin (Pedro Pascal) luchando junto a Boba?
Más adelante, una vez subidos en la mítica nave de Boba, éste salda cuentas pendientes. Primero, aniquila a la pandilla de Niktos de una forma brutal, desde la nave. Ahí está el Boba Fett de toda la vida; despiadado y letal. Luego intenta recuperar su no menos mítico traje. Boba Fett cree que se encuentra en el estómago del Sarlacc en el que él acabó, lo cual es una excusa genial para volver a este fascinante monstruo.
Un mano a mano entre nave y Sarlacc que acaba con la muerte de la criatura y la confirmación que el traje no está allí. Afortunadamente, la historia de cómo Boba lo recuperaba ya la vimos en la segunda temporada de The Mandalorian. Así que lo más seguro es que la trama en flashbacks haya llegado ya a su conclusión. Al fin y al cabo, cuando volvemos al presente, un robot de servicio comenta que Boba Fett ya ha completado su recuperación total en tanque de Bacta. Curado del todo, está listo para la guerra. Y el tanque en el que los recuerdos le venían a la cabeza ya no tiene utilidad para él. Ni para introducir a los flashbacks.
Se aproxima un mandaloriano
De vuelta al presente, llegará la inevitable reunión con los tres clanes que se han repartido las zonas del inframundo criminal de Mos Espa: Trandoshanos, Aqualish y Katoonianos. Pero antes volvemos al local de Garsa Fwip (Jennifer beals) para recuperar a un muy «rallado» Krrsantan. El Wookie solo sabe luchar y busca provocar una pelea para satisfacer sus instintos que, como buen Wookie son desmembrar al rival. Observando la escena se encuentra un Boba que, como ya predije en el anterior recap, fichará a Krrsantan. Otro cazarrecompensas sin oficio ni beneficio que se una al clan, ahora que vendrá la acción.
La reunión con las casas mafiosas, que como toda buena reunión mafiosa tiene lugar alrededor de una mesa, no funciona como quiere Boba. Los tres clanes no quieren participar de la guerra contra los Pyke pero deciden no oponerse a los planes de Boba ni interferir contra él. Se limpian las manos y esperan que cualquiera de los posibles resultados les sea favorable. Como dice Boba en la última conversación con Fennec, no puede esperar confiar en ellos pero sí que confía en que miraran por sus propio beneficio. Y está confiado en que lo que puede ofrecerles será mejor que lo que harán los Pyke. Y es que saben, en el fondo, que los Pyke acabarían con ellos y todo Tatooine.
Justo ahí termina un episodio muy bueno que es rematado con un giro sonoro que dará que hablar. Preparados ya para la guerra, a Fennec y Boba solo les falta personal y entonces suena el ya reconocible tema principal de The Mandalorian, compuesto por Ludwig Göransson. Algo mandaloriano está en camino. ¿Veremos la próxima semana a Din Djarin (Pedro Pascal) luchando junto a Boba? Y por qué no: ¿Todo el dinero acumulado de Boba Fett le servirá para pagar todo un ejército de mandalorianos repartidos por la galaxia? Esta puede ser una buena oportunidad para recuperar, por ejemplo, el personaje de Bo-Katan (Katee Sackhoff) y ver a los distintos clanes mandalorianos reuniéndose en combate, por primera vez en muchos años.
Anotaciones galácticas
- La mítica nave de Boba Fett es ahora referida como Firespray. Ese es el nombre del modelo general de nave aunque toda la vida se la conoció por su nombre concreto, Esclavo 1. Pero el año pasado Disney borró por completo esta denominación de sus nuevos juguetes. Al parecer, Disney cree que la palabra esclavo tienen demasiadas connotaciones negativas. Cosas de la corrección política.
- Mods! La semana pasada se nos introdujo a los pandilleros con motos estilo vespa y una estética que nos recordaba a los Mods británicos de los años 60. La serie, consciente de ello, juega con la referencia e incluso Fennec los nombra directamente como «mods». Eso sí, se refiere a que son seres «modificados». Que pillos son.
- Tatooine siempre ha sido conocido por sus dos soles. Pero hoy, en una escena nocturna nos fijamos en sus tres lunas. Puede que ya hubiera salido en algun otro título de la saga pero no me había dado cuenta hasta hoy. Es la gracia también de visitar un universo ficticio tan amplio y expansivo como el de Star Wars.
- Garsa Fwip se refiere en un momento a Krrsantan como «Santo», que fue precisamente su apodo en la etapa de cladiador que se exploró en los cómics. Por otro lado, la afición de los Wookies por desmembrar rivales la conocimos de boca de Han Solo en Una nueva esperanza.
- Se rumorea que otro personaje CLAVE de la trilogía original, con conexiones con el Sindicato Pyke, podría reaparecer en los últimos capítulos de la serie. No quiero ser yo el que estropee la posible sorpresa pero si ocurre, Internet definitivamente reventará en mil pedazos.