'Douglas is cancelled': El patriarcado, ¿está cancelado?
Crítica de la serie

‘Douglas is cancelled’: el patriarcado, ¿está cancelado?

La miniserie, que acaba de llegar a España a través de SkyShowtime, es una ácida comedia que crece y mejora a cada escena.

Cartel promocional de 'Douglas is cancelled'.

Puede que si Charlie Brooker hubiera leído los guiones de los cuatro episodios de Douglas is cancelled habría solicitado recortar dos de cada tres escenas, modificar casi todos los diálogos y llevar incluso más al extremo algunas situaciones, sí.

Un exitoso presentador de televisión señalado y probablemente condenado por haber hecho un comentario machista (¿o era misógino?) del que dice no acordarse, rodeado de dos mujeres aparentemente celosas entre ellas y de un grupo de chupópteros que necesitan que el prestigio del presentador siga intacto para poder seguir chupando del bote. Puede que de ahí hubiera salido uno de los mejores capítulos de Black Mirror, pero ya hace tiempo que a todos nos quedó claro que ya no queda mucho por añadir a una serie que marcó un antes y un después en la ficción contemporánea.

Una miniserie de aspecto puramente convencional cuyo desarrollo, sin embargo, crece a cada escena hasta convertirse en una auténtica revelación

Es por ello que se agradece que el resultado final de Douglas is cancelled ni intente jugar a esa liga y se presente como una miniserie de aspecto puramente convencional cuyo desarrollo, sin embargo, crece a cada escena hasta lograr convertirse en una auténtica revelación. ¿O es que alguien ha podido ver cómo Madeline se acercaba a la bañera del señor Asqueroso Productor sin tener que contenerse las ganas de levantarse, aplaudir y chillar a solas en el sofá? 

Douglas is cancelled

‘Douglas is cancelled’ está disponible en SkyShowtime.

Bien es cierto que al inicio de la serie era difícil de imaginar que era éste el desenlace hacia donde nos conduciría un personaje que al principio resulta antipático y estereotipado. Pero es precisamente esta vuelta de tuerca a todos sus protagonistas lo que hace que Douglas is cancelled pase por encima de otras ficciones que han tratado temáticas similares: jugar al despiste con el papel de víctima y verdugo no solo resulta interesante y eficaz sino, sobre todo, muy adecuado cuando hablamos de machismo. Y si una cosa queda clara en los cuatro capítulos de la serie es que sigue siendo un más que necesario tema de conversación. 

Lo que deja claro esta serie es que el feminismo no se enuncia, se practica, y que, desgraciadamente, el patriarcado está lejos de haber sido cancelado

La serie escrita por Steven Moffat no da puntada sin hilo y hace que de la sombra de una duda aparezca un interesantísimo tratado sobre las múltiples versiones del patriarcado. “Los guionistas de comedia somos las mujeres de la televisión”, suelta un pobre guionista a quien para mejorar el comentario sólo se le ocurre hablar de la invisibilidad de ambos. “¿No somos las mujeres, las mujeres de la televisión?”, le responde Madeline, cuya lengua viperina es capaz de contrarrestar al mejor de los atacantes -mención aparte merecería el duelo dialéctico con Sheila, la esposa de Douglas, que demuestra que lo bueno, si breve, dos veces bueno. 

Douglas is cancelled

Douglas (Hugh Bonneville) y Madeline (Karen Gillan) en ‘Douglas is cancelled’.

Ahora bien, antes de ver a Madeline resurgir como una superheroína capaz de tumbar a golpe de tuit todos los frentes del patriarcado, la serie nos obliga a adentrarnos en los infiernos. El tercer capítulo, en el que la joven aspirante a presentadora se reúne con el productor del programa, en una habitación de hotel resultará demasiado familiar a muchas de las espectadoras que, en un momento u otro, se han visto en un tipo de situación que la serie recrea con acierto: es tal la perversión que cuando tu jefe se te insinúa de forma evidente puede que llegues a dudar de ti misma y que incluso creas que no hay forma de escapar. Porque lo que nos recuerda Douglas is canceled es que todas sabemos que da igual cuantas veces escapes de un comentario machista o de una mirada inapropiada: el machismo siempre está ahí, preparado para atacar. 

Quién sabe si hemos llegado ya a las profundidades del debate sobre la cancelación, o si empezamos a ser conscientes del poder que tienen sobre nosotros las redes sociales, seamos o no personajes públicos. Lo que deja claro esta serie es que el feminismo no se enuncia, se practica, y que, desgraciadamente, el patriarcado está lejos de haber sido cancelado. 

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