De perdidos al río
"Siempre nos quedará... el final de Lost"

De perdidos al río

Damon Lindelof explota. Damon Lindelof pasa del final de perdidos. Damon Lindelof pasa de tu cara. ¡Armas, apunten, acción!

El final de Lost.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

(Dejo un espacio para que sus mentes, muy señores míos, vayan cargando munición)

 

 

 

El final de Lost.

 

 

 

 

 

 

 

 

(¿Se acuerdan? Hace ya cuatro añitos sí. Tranquilos, lo entiendo, les dejo un rato más de espacios en blanco. No es fácil volver a recordar tan amargo momento… todos esos insultos y tal. Ya, ya, tómense su tiempo)

 

 

 

El final de Lost, amigos míos, ¿Ya lo tienen? ¿Han devuelto sus mentes a aquel momento? ¿Preparados?

El final de Lost.

¿¡QUÉ BUENO FUE VERDAD!? (Risas enlatadas) No, en serio, debo decirles que mi corazón se encuentra en una encrucijada al respecto. No es gracioso. No me gustó el final de Lost. (PERO) No me gustó y no me siento orgulloso de tal cosa. Fue un final malo, un final indigno, un final de mierda, sí señores, de mierda. (PERO) Seis años de nuestra vida serielizada echados a un cubo de la basura de Hollywood o dónde coño queráis ubicar la meca de la producción televisiva. ME DA IGUAL. Un final que no llena, un final que no me dijo nada, un final que se cargaba cualquier cosa que me hubieran querido decir en cualquier temporada anterior. (PERO) Un jodido final de esos que te cuenta el típico primo tonto en la cena familiar de turno, cuando todos cenan y él no encuentra momento mejor para acordarse de la serie que vio anoche “Y no te lo pierdas primo, que al final… ¡Al final están todos muertos! Jajajotajajotajajota”. ESE final.

PERO, y ahora sí, pero… (Déjenme tomar aliento…) Pero me pareció un final correcto. Así lo dejo, toma, pum. Un final correcto, un final coherente con el esqueleto de la serie, un final digno para sus personajes, un final que cerraba la serie desde el primer capítulo.

Ahora ya pueden insultarme. Pero paso de poner espacios en blanco, háganlo sobre la marcha y esperen al final.

Jacob2

Se preguntarán a qué viene todo esto ahora, así de pronto, cuando la mayoría de ustedes ya habían enterrado semejantes sentimientos de odio, aversión o cariño, qué sé yo. Bien, pues todo esto quiero recordarlo a favor del bueno de Damon Lindelof. Este héroe de la pequeña pantalla, este mártir de una causa perdida ha explotado. Y sus intestinos deberían daros a todos en la cara A mí no. Yo, hace un momento, en ese pequeño párrafo introductorio, me he redimido, que yo sabía a lo que venía, amigos. El caso es que, a raíz del final de cierta serie sobre sexo, drogas y rock’n roll sólo drogas –»Rompiendo Mal» se llamaba ¿no?la revista The Hollywood Reporter ofreció a nuestro amigo Lindelof la oportunidad de escribir una columna al respecto.

¿Ya la han leído? Que esto del hipertexto es muy moderno e interesante, oigan. No pasa nada, yo se lo traduzco, que además está en inglés y claro, es un marrón. Básicamente, lo importante es que cuando nuestro amigo Damon puso a Breaking Bad «Rompiendo Mal» en un pedestal, le llovieron críticas en Twitter y en la sección de comentarios del propio medio, algunas de las cuales rezaban: “¿Lo has visto, Lindelof? Así es como debe acabar una serie” (toma ya, ¡cuánto hijo de puta suelto, señores!) o, en respuesta a su artículo “¿Qué coño vas a saber si tu echaste a perder Lost?”. ¿Y qué respondió nuestro amigo? Pues lo siguiente:

Tres años después parece que no es suficiente con amar el final de Breaking Bad, [Yo aún en inglés lo seguiría llamando Rompiendo Mal, pero Damon es blando] también debes odiar el de Lost. Sí, lo sé, buaaah por mí, debería estar llorando sobre mis barriles llenos de dinero, pero os lo juro, no estoy buscando vuestra empatía, solo busco parar esto. Y no puedo”.

¡Shame on you, haters! Os diré que, al igual que vosotros, yo tampoco sé del todo qué pintaba el famoso oso polar, tampoco sé exactamente qué coño pintaba el pobre Walt susurrando y todo ese rollo, les confesaré que no tengo ni idea de lo que se fumaron lo que pasó durante la sexta temporada, y que quizá yo también llevaba muerto desde el principio de ésta, probablemente de aburrimiento, porque era más mala que pegarle a un padre ¿Pero saben qué? Me da igual. Me da igual, y si veo a Damon Lindelof por la calle le daré un abrazo. Porque por un lado está Lindelof y por otro la serie que creó.

«El señor Lindelof y su equipo han perdido los mismos años a la vez que perdía neuronas intentando dar a la audiencia una parte de sí mismo, porque lo que nos ha dado semana tras semana no es TU serie, ni NUESTRA serie. Es, por encima de todo, SU serie.»

La gente, esos ex fans despechados cual seguidoras de One Direction (Qué malos son, ¿eh? Zas, totalmente gratuito), desacreditan al autor cuando creen que no les ha dado un buen producto, que no ha hecho bien su trabajo de storyteller. Es decir, no solo van a dejar que Lindelof cargue con sus opiniones de por vida –como dice en su columna– si no que además, al no saber, para ellos, terminar una serie, eso le quita la posibilidad de opinar acerca de otras. Y ya de paso le recuerdan el odio que le tienen porque no se fueron a dormir tranquilos aquel 23 de Mayo de 2010.

Titular: Damon Lindelof tiene los cojones como un toro. El tío, oficialmente (sí, sí, así lo ha dicho, es oficial) suda de vuestras opiniones. No le importan. Da carpetazo. De perdidos al río, chatos (Me ha quedado bien eso. Y lo guay que hubiera sido que lo hubiera dicho con esta expresión, ¿eh? Con acento americano en plan “nou, chatous, vereis, de perdidous al riou”) El caso es que propone un pacto. Sí, para vosotros, haters sin corazón. Asumiréis que él sabe cómo os sentís al respecto del final de Lost, que lo odiáis y bla bla bla. Y él, por su parte, dejará de hablar de ello, ya que reconoce (ATENTOS) que nunca podrá cambiar mentes ni corazones. Pensadlo un momento, vosotros que decís aquello de “jo tío, es que qué asco, tío. He perdido seis años de mi vida para esto, tío, y tío y tío…” Porque el señor Lindelof y su equipo ha perdido los mismos años a la vez que perdía neuronas intentando dar a la audiencia una parte de sí mismo, porque lo que nos ha dado semana tras semana no es TU serie, ni NUESTRA serie. Es, por encima de todo, SU serie. Y él ha decidido contarla así.

Lo hice para mí. Me gustaba. Era bueno en ello. Y era como… Me sentía vivo”

lindeldof

Y ahora, lectores míos, ahora llegamos a ese momento de la peli made in USA en la que el teatro se queda en silencio y un hombre aplaude lentamente… solitario… Y acto seguido, poco a poco, lo siguen más y más aplausos hasta que toda la platea explota en una ovación conjunta y se pone de pie de manera sincronizada.

No tengo nada más que añadir. Bueno, sÓlo una cosa. Habrán notado mi sutil e imperceptible pataleta boicot hacia esa serie sobre drogas protagonizada por el padre de Malcolm Walter El blanco, por esas nimiedades de traducirlo y tacharlo. Es una radicalidad, lo sé, no me odien por eso. Pero más radical será confesar que no he visto Breaking Bad y no señores, ni la veré. Ya no. Estoy muy loco.

Ahora, cual falso prescriptor, de la misma manera que han hecho sentir a Damon, espero les haya hecho perder unos minutos de su vida. No son seis años, pero algo es algo. ¡Jódanse!

 

P.D: Miren que era malo el final de Lost, ¿eh? (Risas enlatadas, por favor) Lo que hay que oír…

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