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Tras su mirada distante, David Chase se refugia en un posado serio, cortante, casi enfadado. Entre los dientes aparece una sonrisa llena de ironía. El sarcasmo de un autor que se niega a hablar de sus finales y que nunca responderá sobre si Tony Soprano está vivo o muerto. El misterio le ha servido para crear expectación, y ahora sería inútil romper la ley del silencio.
A pesar de eso, habló en el Festival Séries Mania con Olivier Joyard, que quiso entrevistarle primero haciéndole una retrospectiva vital y después entrando en sus obras. Un repaso desde Northern Exposure hasta Not Fade Away, obviamente haciendo parada y fonda en Los Soprano, que era lo que el público deseaba escuchar.
Inicios (u On the Road de Jack Kerouac)
A la curiosa pregunta de “¿Dónde entró el arte en tu vida?” David Chase puso los ojos en blanco y no supo qué responder. Un par de preguntas más adelante reveló uno de los momentos que más le cambió su forma de ver la vida.
«La lectura de ‘On the road’ le hizo pensar que quizás estaría bien ser escritor»
Después de una chiquillada con su panda (meter muebles dentro de una piscina), sus padres le castigaron a un campamento de verano en Carolina del Norte. No tiene demasiado buen recuerdo del sur de los Estados Unidos por aquel entonces, pero le sirvió para descubrir un libro: On the road de Jack Kerouac. La lectura de esta novela le hizo pensar que “sería magnífico tener ese tipo de aventuras y escribir sobre ellas. Quizá estaría bien ser escritor”.
Esta primera confesión que hizo Kerouac vino matizada unos años más tarde por otra experiencia. En octubre de 1965 tomó LSD por primera vez: “Quería hacer películas. Por algún motivo, vi claro que quería hacer películas”.
Televisión (o Radio, Radio de Elvis Costello)
“Nunca quise hacer televisión. No quería hacer series. Yo quería hacer películas. En los Estados Unidos, por aquel entonces, era una diferencia muy clara y si hacías televisión nunca darías el salto al cine”.
David Chase tiene una aura de showrunner accidental. De que él no venía aquí para esto. En su pasado había sido músico, tenía una banda de rock y lo que él más deseaba en la vida era ser una estrella del rock. Seguramente por eso escogió hacer la película Not Fade Away, después de finalizar Los Soprano, sobre un adolescente rockero que seguramente le recordaba a sus años mozos como batería.
David Chase no apareció en el mundo de la televisión por accidente. Fue un joven productor y guionista que fue escalando y aprendiendo de gente como Stephen Cannell.
“Después de más de 20 años haciendo lo mismo (productor ejecutivo de series en Hollywood), llegó un día dónde tenía dos reuniones, una a las 12 y la otra a la 1. En ese martes, me propusieron hacer de productor ejecutivo para Chris Carter (Expediente X) en su nueva serie Millenium. Pero a la 1, HBO dio luz verde a Los Soprano”. Y el resto de la historia, ya la sabéis.
“I wanna bite the hand that feeds me. I wanna bite the hand so badly. I want to make them wish they’d never seen me”. (“Quiero morder la mano que me da de comer. Quiero morderla tan fuerte. Quiero que deseen no haberme conocido”).
Este fragmento de la canción Radio Radio de Elvis Costello refleja muy bien el sentimiento con el que David Chase define su relación con HBO y con la creación de Los Soprano.
“Mi objetivo era hacer una serie más real, que los personajes parecieran sacados de la vida cotidiana. Y sobre todo, cambiar el ritmo. Estaba harto de lo rápido que tenía que ir todo en televisión. Uno de los logros fue introducir el silencio en la televisión”.
La madre y los sueños (o la psicología de Freud)
En un clip de la primera serie de la que fue showrunner, Northern Exposure, vemos una sesión de sueños y posterior sesión de terapia con un psicólogo. El entrevistador le pregunta si “la interpretación de sueños y la psicología son marcas de su estilo”. Chase, con humildad, dice que no, pero se nota que son elementos que le interesan y que evoca en sus historias. “He ido muchos años a terapia y de joven leí a Freud, supongo que eso ayuda”.
«Todos mis amigos me decían que escribiera sobre mi madre, incluso mi mujer me lo decía»
“Tuve una infancia feliz. Mis padres estaban un poco locos, pero mi infancia fue muy buena. Mi madre era tan neurótica que acababa resultando muy divertida, un poco como Livia en Los Soprano. Pero ella no intentó matarme (risas), aunque una vez durante la Guerra de Vietnam, y debido a que no me alisté en el ejército, me dijo que ‘prefería verme muerto’. Aquello me marcó mucho (…). Todos mis amigos me decían que escribiera sobre mi madre, incluso mi mujer me lo decía. Yo no le veía la gracia a la historia de un productor de televisión y su neurótica madre, pero ambientado en la mafia sí.”
Así lo intentó con un proyecto de película con Robert de Niro como el hijo y Anne Bancroft como la madre, pero no pudo ser. Su mala suerte en el mundo del cine le trae a reconocer que tiene “13 o 14 guiones escritos en el cajón, esperando a convertirse en película”. La HBO sí que vio futuro en esa idea, desarrollada como piloto, y así llegarían Los Soprano.
Tony Soprano (o Rio Bravo de Howard Hawks)
“¿Que qué recuerdo de James Gandolfini?. Pues que no venía muy a menudo… (risas). Ahora mismo es lo que me viene en mi cabeza de productor. Perdíamos jornadas enteras de trabajo donde Jimmy no aparecía… Pero ahora en plan más serio, era un milagro verle actuar.”
Seguramente uno de los elementos que más carácter dio a Los Soprano fueron “los ojos de James Gandolfini”. Esa mirada daba una pátina de tristeza y pena, de factor humano, que hacía que la serie fuera como él deseaba “ni negativa, ni cínica ni oscura. Quizás melancólica”.
Tony Soprano tenía la obsesión de volver a ser el hombre clásico, el Gary Cooper de las películas, Dean Martin cantando “My pony, my rifle and Me” en Río Bravo. Pero no. Tony Soprano va al psicólogo y se avergüenza de ello porque ese tipo de hombre ya no existen.
El final de los Soprano (o Don’t Stop Believing de Journey)
“Hay una pregunta que no te haré” le dice el entrevistador con la sonrisa burlona de Chase de fondo. Cómo se gusta David Chase no respondiendo sobre el final de Los Soprano. Pero sí que habló sobre esa última secuencia. “Quería que llegara la idea de que Tony Soprano había creado su propia vida. En otras palabras, había creado la película de su vida, o el libro sobre ella. Todos lo hacemos. Nos ponemos en situaciones – no simplemente llegamos allí”.
Y sobre la canción final, aún salió un Chase más travieso. “Teníamos tres canciones pensadas, pero finalmente con el equipo llegamos al set de la última escena y la que más gente odió fue ésta. Así que la decisión estaba tomada”. Después matizó que esta canción era casi un chiste en Estados Unidos, pero que a él personalmente no le disgustaba y le apetecía la idea de poner una canción que seguramente era un hit cuando Carmela y Tony empezaron a salir.
A pesar de que siempre le recuerdan por el final de Los Soprano, Chase quiso dejar claro que su final favorito es el de Not fade Away. Los vientos californianos que vuelven loca a la gente, el mensaje a cámara y el baile en Sunset Boulevard… una escena también para el recuerdo (y el debate).
David Chase de visita en el Festival Séries Mania… ¿Quién diría a un hombre que siempre ha querido enseñar el “middlefinger” al medio televisivo que ahora estaría de jurado? O peor aún, ¿quién se lo diría a su padre?
“Fuimos una de las últimas familias en tener televisor. Mi padre no quería. Pensaba que me pasaría el día mirando la televisión y amenazaba con ponerle un candado. Nunca lo hizo, y yo sí que miré bastante televisión”. Y así hasta el día de hoy. Quizás su padre tenía razón, o no.