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Roar de Cecelia Ahern, es una colección de treinta capítulos cortos sobre mujeres comunes que se ven envueltas en situaciones inverosímiles; un libro lleno de realismo mágico y alegorías feministas.
Después de disfrutar de un gran éxito con sus novelas, y dos adaptaciones cinematográficas incluidas, Ahern se ha convertido en un nombre popular en Irlanda y el mundo. Es por eso que cuando Apple TV+ decidió llevar ocho de esas historias a la pequeña pantalla, nadie se extrañó. Estas narraciones constituyen una exploración de la experiencia femenina contemporánea, tratando temas como la igualdad, la justicia, la culpa, la maternidad, la humillación o el envejecer.
Sus historias se sustentan sobre el concepto de «soy mujer, estoy aquí», un reclamo que no se escucha con la frecuencia que se debería
Gran parte de estos cuentos contienen multitud de elementos surrealistas que actúan como metáforas que sirven para exponer diferentes situaciones ubicadas en espacios comunes compartidos por todas. Las protagonistas varían en edad, antecedentes, humor y personalidad. Sus historias siempre hacen referencia a las expectativas y presiones que se ejercen sobre las mujeres, y como son posicionadas y vistas dentro de la sociedad y la familia.
Cuando leí Roar, no me acabó de convencer; aunque original, me resultaba predecible. Al mismo tiempo, estoy segura de que los mismos elementos que fueron un obstáculo para mi, hicieron que el libro fuera más accesible para otros. Roar no rompe ningún canon literario, pero sus historias ejemplifican de forma acertada el concepto de «soy mujer, existo, estoy aquí«; un reclamo que no se escucha (o se lee) con la frecuencia que debería, por lo que cuando se anunció la adaptación me alegré y sentí curiosidad a partes iguales.
Ahora, una vez vista, puedo confirmar que el feel general del libro se mantiene, aunque sus historias se presentan como una reconfiguración de las originales. Fábulas modernas poco convencionales, humorísticas e ingeniosas, recopiladas en pequeñas piezas que favorecen un visionado rápido y ameno.
Al igual que la escritura de Ahern, hay momentos conmovedores y lo suficientemente líricos como para aligerar el supuesto trasfondo trágico de sus tramas. El problema principal de todas estas historias es el poco (poquísimo) riesgo en su apuesta. Más allá de la función y forma, y a pesar de que las premisas de cada una de ellas son bastante radicales en su planteamiento, la ejecución siempre parece quedarse a medias en la mayoría de sus episodios.
Una serie que prometía ser una especie de sucesora conceptual de Black Mirror, flaquea a la hora de realizar una crítica mordaz y realista de la misoginia y el patriarcado imperante. En sus intentos por universalizar estas experiencias profundamente personales, Roar pierde la esencia que hacía que valiera la pena preocuparse por ellas.
Al tratar de hablar sobre muchas cosas, ‘Roar’ termina diciendo muy poco
Lo que hace que Roar sea frustrante es que su factura no es mala. Cada capítulo parece cuidadosamente planeado y pulido, e incluso en los peores, hay ciertos momentos de ingenio y belleza. El problema principal de la serie reside en su afán por querer abarcarlo todo. Al tratar de hablar sobre muchas cosas, Roar termina diciendo muy poco. Sus metáforas se agotan antes de que puedan ser llevadas a otro nivel o ser subvertidas de una forma más radical e inesperada.
Sus protagonistas (que no sus actrices, las cuales están estupendas) se sienten planas, y no hacen justicia a unas fábulas destinadas a transmitirnos revelaciones amplias y profundas; convirtiéndolas en individuos poco tridimensionales con arcos que se difuminan entre el batiburrillo y ruido colectivo.
Teniendo en cuenta que (en la humilde opinión de esta espectadora), la adaptación de Roar se queda atrapada en los espacios grises, he recopilado una serie de libros similares que me encantaría ver adaptados, ya que funcionarían estupendamente en formato televisivo:
‘Animal’ de Lisa Tadeo
Animal explica la historia de Joan, una mujer que ha pasado toda su vida soportando la crueldad de los hombres. Cuando uno de sus amantes se pega un tiro delante de ella tras descubrirla cenando con otro hombre, huye de Nueva York en busca de Alice, la única persona que puede ayudarla. Animal es una exploración visceral, erótica, emocional, palpitante y brutalmente honesta de la crueldad del mundo de los hombres y la fuerza de ira en las mujeres.
Descrito como el ‘American Psycho’ de la generación del MeToo, Lisa Taddeo, famosísima autora de ‘Tres mujeres‘ (libro que ya está siendo adaptado a formato televisivo), nos plantea este descarnado retrato sobre lo que supone soportar la violencia masculina cotidiana.
‘En la casa de los sueños’ de Carmen Maria Machado
Cuando era una joven aspirante a escritora, Carmen Maria Machado conoció a una chica de clase alta, licenciada en Harvard, sofisticada y fascinante con la que inició su primera relación lésbica. La chica poseía una idílica cabaña en Bloomington, Virginia: la casa de los sueños del título. Pero los sueños se convirtieron en pesadillas cuando la novia de Machado empezó a mostrarse celosa, controladora y paranoica.
Experimental en su enfoque (los capítulos están escritos con elementos sobrenaturales, inquietantes, de misterio y ciencia ficción), estas memorias describen en detalle la dinámica de la autora con su ex novia, y el aterrador abuso emocional y psicológico que sufrió durante dos años.
Con este libro, Machado está llenando un vacío en el mundo de la literatura y el audiovisual: la problemática de la violencia doméstica en las relaciones queer.
‘Daddy’ de Emma Cline
Las historias de la impresionante primera colección de Emma Cline nos muestran los rincones oscuros de la experiencia humana, explorando las fallas de poder entre hombres y mujeres, padres e hijos, pasado y presente.
Estas sobresalientes historias examinan la masculinidad, las relaciones rotas y el poder, mientras revelan, con una perspicacia y claridad asombrosas, esos momentos de incomprensión que pueden tener consecuencias que cambian la vida.
En estas narraciones hay una violencia inesperada que resultaría tremendamente placentera de ver en pantalla. Una violencia siempre presente pero invisible, algo que la autora deja entrever en la representación de las complicadas interacciones entre hombres, mujeres, y sus familias.
‘Dónde estás mundo bello’ de Sally Rooney
Dos amigas se acercan a la treintena en ciudades distintas y tras mucho tiempo sin verse. Alice, novelista, conoce a Felix, y le pide que la acompañe a Roma para promocionar su último libro. En Dublín, su mejor amiga, Eileen, está superando una ruptura y empieza a flirtear con Simon, un chico al que conoce desde que eran niños. Alice, Felix, Eileen y Simon todavía son jóvenes, pero pronto dejarán de serlo.
Mientras el verano se acerca, las dos chicas se envían correos electrónicos en los que se ponen al día. Hablan de su amistad, de sus relaciones, de arte, literatura y de un futuro cada vez más incierto.
Rooney despliega de nuevo su capacidad para analizar el comportamiento humano demostrando por qué es una de las autoras más importantes del momento. Con dos adaptaciones a sus espaldas (‘Normal People’ y el estreno a vista de ‘Conversaciones entre amigos’), que os puedo decir que ya no sepáis de ella. Este apunte en la lista es tan solo una forma más de manifestar mi deseo de ver trasladado a imagen todo aquello que imaginé y sentí cuando leí esta novela.
‘Tan poca vida’ de Hanya Yanagihara
Tan poca vida recorre más de tres décadas de amistad en la vida de cuatro hombres que crecen juntos en Manhattan. Cuatro hombres que tienen que sobrevivir al fracaso y al éxito y que, a lo largo de los años, aprenden a sobreponerse a las crisis económicas, sociales y emocionales. Cuatro hombres que comparten una idea muy peculiar de la intimidad, una manera de estar juntos hecha de pocas palabras y muchos gestos. Cuatro hombres cuya relación la autora utiliza para realizar una minuciosa indagación de los límites de la naturaleza humana.
Estamos ante una novela que sigue el hilo de la gran literatura norteamericana. Un básico para todos aquellos a los que nos gusta sufrir en silencio y llorar en nombre de otros. Tan poca vida es una de las novelas más conocidas de los últimos años. Con amantes y detractores a partes iguales, ha intentado ser llevada a la ficción en múltiples ocasiones pero nadie se ha atrevido a dar el gran paso. Ya sea por su envergadura o temática, aquellos que nos consideramos fans seguiremos esperando a que alguien se decida a apostar por ello.
‘Panza de burro’ de Andrea Abreu
Panza de burro, la primera novela de Andrea Abreu, es una historia sobre la amistad y la infancia, o el final de todo eso. La narradora e Isora, su mejor amiga, tienen diez años y son inseparables. Viven en un pueblo siempre nublado al norte de Tenerife. No hay playa ni sol, tan solo muchas cuestas que subir y bajar y mucho tiempo que matar.
Lejos de la costa y los turistas, durante un verano, atemporal y particularmente caluroso, el libro narra la realidad obrera y la relación de dos amigas, colmadas de sentimientos de toda índole. Escrito en un lenguaje oral, canario, generacional y contemporáneo, este es un libro disruptivo y hermoso.
El traslado de la oralidad a la escritura, la naturalidad con la que se abarcan temas como la belleza femenina, la depilación, los cambios del cuerpo o el control de la alimentación, hacen de Panza de burro una obra valiente, libre y necesaria en todos los sentidos.