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Rebecca Windsor viste informal pero elegante, mide un par de feet más que yo y luce una sonrisa cordial, perfecta; tiene la presencia de una auténtica business woman, y no es para menos. Rebecca es vicepresidenta y directora de la Warner Bros. Television Workshop, uno de los mejores programas vigentes de escritura y dirección de ficción televisiva, la gran cantera para las series del futuro. El taller, un encuentro nocturno semanal, representa una de aquellas oportunidades que, diríamos, pueden lanzar la carrera de cualquier aspirante a showrunner de un día para otro.
Quizás el tamaño o el alcance de las producciones de Warner queden un poco difusos en nuestro imaginario seriéfilo. Hay que sobrepasar la tentación de darle al ‘Siguiente episodio’ para ver cuántas de nuestras series favoritas incorporan al final de los créditos el logo de ‘La Warner’.
Desde su nacimiento, la Warner ha triplicado su número de estrenos por año y cada vez hay más diversidad en las voces que las escriben y dirigen
La Warner, fundada en 1955 y hoy abrazada por un grupo mediático más potente (WBTVG), desarrolla una media de un centenar de series al año (según su página web), que se venden a todos los canales y plataformas del planeta. En Estados Unidos, se jactan, son el único estudio con series de producción propia en cada una de las cinco cadenas de televisión de pago.
Pertenecen a la familia Warner The Leftovers, Westworld, The Flight Attendant (HBO), Titanes, La asistenta, Las escalofriantes aventuras de Sabrina (Netflix), Ted Lasso (Apple TV+), El joven Sheldon, Riverdale (Movistar+)… Sin contar las series superheroicas de The CW: Arrow, The Flash, Superman & Lois, y un largo etecé. Todas estas series, y muchas más, son gestadas en la división de Scripted Television, el lugar donde la magia (episódica) ocurre y ocurre cada vez más. Desde su nacimiento, la Warner ha triplicado su número de estrenos por año y cada vez hay más diversidad en las voces que las escriben y dirigen. Sin embargo, la Scripted Television es una meca a la que aún resulta muy difícil acceder. Como la misma Rebecca Windsor nos cuenta, el camino al Sueño Americano de las series es largo.
He escrito un piloto increíble, ¿qué hago?
Rebecca da palabras lo que ya sabemos: que las posibilidades de que Warner compre una serie a “un mindundi” como nosotres son ínfimas. Esto no se debe a desinterés por las buenas ideas, o a necesidad de influencia o visibilidad previa (aunque eso ayuda, claro). Es solo que el sistema de producción ha sido construido sobre una cadena intricada de confianza, que busca la mayor calidad al menor riesgo posible. Explicado de forma muy básica: Warner se dedica a vender ideas para series a sus broadcasting networks (cadenas de difusión) y streamers (plataformas), que compran sus derechos de emisión sobre proyecto para que luego la serie sea desarrollada dentro de la Warner misma.
Los derechos de emisión pueden pasar entre manos, y caducan, mientras que los de autoría son y serán siempre de la Warner. Por ejemplo, Friends fue producida por Warner a encargo de la NBC, pero hoy puede verse en Netflix. Todo esto demuestra que, aunque las series nacen en el seno de Warner, la casa depende de si hay emisoras dispuestas a pagar por sus proyectos antes de darles luz verde.
Para asegurarse una cierta estabilidad en sus tratos y control en sus procesos creativos, la Warner (igual que la mayoría de estudios) firma overall deals (“acuerdos generales”) con guionistas, directores y otros productores para que, durante un tiempo limitado y por una tarifa fija, traigan “todas sus buenas ideas” a su estudio. En abril de este año, Natalie Chaidez (productora ejecutiva y showrunner de The Flight Attendant) fue reclutada como parte de la familia Warner, por lo que quizás deba abandonar AZNBBGRL, su proyecto de serie con Freeform para Disney+ (no ha vuelto a haber noticias de la serie desde entonces).
Una puerta de entrada: Las productoras asociadas
“Como guionista de fuera de Warner, aunque tengas una idea maravillosa para una serie, será muy difícil que te la compremos, porque ya estamos pagando millones a nuestros estudios de confianza”, confiesa Rebecca.
La productora asociada Berlanti Productions (The Flash, Arrow) ha estrenado este año quince series con Warner… Metámonos en modo business: ¿Quién querría el proyecto de serie de superhéroes de un guionista aleatorio cuando se sabe que Berlanti ya tiene un equipo de escritores especializado en capas y rayos? Dice la productora: “Aunque tengas un agente fantástico que nos llama y nos vende tu idea, si no te conocemos no vamos a tener ninguna garantía”.
Una puerta de entrada, aunque no más sencilla, es la del reconocimiento
Primera alternativa para guionistas noveles: presentar proyectos a Berlanti, no a Warner. “Si les envías tu material, les encanta y nos lo mandan, aunque seas desconocido, ya significa que hay alguien que confía en ti, y será mucho más fácil que te lo compremos”. La tarea aquí pasa por informarse bien de en quién confía el estudio para sus proyectos. Otra puerta de entrada, aunque no más sencilla, es la del reconocimiento: “Tampoco hace falta pasar por nuestras productoras si ya tienes un nombre o un caso de éxito detrás, o porque vienes del mundo del cine o porque has ganado algo en Sundance)”, recomienda Rebecca, “o si tienes los derechos para alguna propiedad intelectual (ya sea un libro o un formato televisivo que queremos adaptar)”.
Un nido de talento: La cantera de Warner
Pero nadie espera que escribas una novela increíblemente exitosa para entrar en una sala de guionistas. El talento se esconde y “solo logra descubrirse con perseverancia”, defiende una responsable que ha visto pasar años y años de talento ante de sus ojos. Antes de la Warner, Rebecca fue Gerente de Iniciativa de Producción Creativa del Programa de Largometrajes del Instituto de Sundance, jugando un papel clave en la coordinación de los Screenwriters and Directors Labs, Episodic Story Lab y Creative Producing Lab y Summit. En definitiva, ha sido en buena parte testigo y culpable de la cara que el joven indie estadounidense muestra hoy día.
El programa viene lleno de charlas, impartidas por miembros de Warner, alrededor de temas esenciales para sobrevivir en el mundo de la televisión
La mejor forma de empezar a trabajar para el estudio lleva el nombre de Warner Bros. Television Workshop: el taller que la productora organiza cada año para reclutar a talento, que no lleva límite de edad ni coste de matrícula (aunque las clases son presenciales en Los Angeles, y tienes que estar legalmente disponible para que te contraten en cualquier momento). Rebecca arguye que, a pesar de que esto acaba excluyendo a todes quienes no vivimos en Estados Unidos, “hay mucho que se pierde sin la presencialidad. Muchos soft skills que no pueden enseñarse por llamada de Zoom”. Apuntamos fechas, arreglamos visados: para el taller de guionistas, las candidaturas se abren todo mayo, y para realizadores, todo enero.
El taller para guionistas dura de marzo a octubre cada miércoles por la noche, “porque la gente tiene que vivir de algo”, dice Rebecca. El programa viene lleno de charlas, impartidas por miembros de Warner, alrededor de temas esenciales para sobrevivir en el mundo de la televisión: financiación y ventas, buena gestión del feedback, prácticas y jerarquía en una sala de guionistas, consejos para evitar dinámicas tóxicas en procesos creativos… Además, el alumnado entra a trabajar en prácticas en alguna de las series que Warner esté produciendo en el momento, y no son pocos los casos de éxito del programa. Del taller, que empezó hace cuarenta años, vienen showrunners como Jeff Astrof (Trial & Error), Marc Cherry (Mujeres desesperadas), Aaron Rahsaan Thomas (S.W.A.T.), Jenna Bans (Good Girls) o Joe Henderson (Lucifer).
De entre las 2500 candidaturas que reciben anualmente, solo 25 perfiles serán seleccionados para una entrevista invidual, de la que se descartan todes aquelles quienes son “socialmente incómodos, se tienen en demasiada consideración o no saben como read the room”. Ocho personas entrarán en el curso, al resto se les anima a continuar intentándolo: “Durante todo este tiempo, hemos visto cómo crecía la gente que repite año tras año, cómo maduraban, y algunos han acabado entrando”. A todes elles, les mandamos un abrazo congratulatorio.
El taller ofrece la posibilidad de hacer prácticas en alguna serie, donde deberán demostrar que son capaces de adaptarse al estilo de la serie
Para quienes estéis interesades en la dirección, el taller empieza a medianos de mayo y se imparte todos los sábados y domingos a partir de ahí. Sus responsables caminan entre los grandes dinosaurios de la televisión estadounidense: Bethany Rooney y Mary Lou Belli han dirigido más de 300 episodios entre las dos, y se cuentan entre las responsables de Monk, Arrow, Mentes criminales, Anatomía de Grey, Castle, Los magos de Weverly Place (entrando nostalgia…). La competencia para entrar en esta sección es menor, pues “hay que enviar un reel con buen material, y eso cuesta dinero”. Solo 500 personas se presentan cada año (casi nada, vamos). Si sois como nosotres, ya podéis ir reservando una copia del libro que Rooney y Belli escribieron, base para el curso: Directors Tell the Story (ed. Focal Press Group).
Además del curso teórico, el alumnado participa en clases prácticas de fotografía, iluminación y encuadre (blocking). Lo más interesante, sin embargo, llega para aquelles a quienes se les ofrece la posibilidad de hacer prácticas en alguna serie, donde deberán demostrar que son capaces de hacer shadowing del estilo de la serie adonde se les envíe. Shadowing en el mundo de las series implica copiar el estilo y las técnicas del showrunner de una serie, para que tu capítulo no sobresalga entre la temporada. Rebecca explica: “Al final, los grandes autores son aquellos capaces de replicar y aportar”. Lección de humildad que nos apuntamos sin duda y que se suma al gran consejo que esta tremenda mujer de negocios nos da: “Persevera y no seas un capullo”. Todo llegará.