Comparte
24, Homeland, Patriot, Jack Ryan, The Spy… La lucha contra la amenaza terrorista por las agencias de inteligencia es un tema sobradamente tratado en televisión. Las misiones confidenciales y el terrorismo internacional también están muy presentes en Mesías, (Netflix, 2020), una serie creada por Michael Petroni (La ladrona de libros) y dirigida por James McTeigue (V de Vendetta) y Kate Woods (Rectify). Pero en esta esta ocasión el choque entre Oriente y Occidente es tan solo una excusa para tratar otro tema de mayor calado: el de la fe. La política internacional, la religión y la influencia que ejercen las redes sociales pavimentan la travesía de un supuesto salvador de la Humanidad, cuyo camino termina cruzándose con varias personas, a lo largo y ancho del planeta.
La historia de Mesías se centra en la cruzada personal de Eva Geller (Michelle Monaghan), una obstinada agente de la CIA resuelta a desenmascarar a Al-Masih, un carismático y atractivo joven (Mehdi Dehbi), que se ha convertido en todo un fenómeno viral mediante actos de resistencia pacífica, tras haber guiado a un grupo de refugiados sirios a través del desierto hasta la frontera con Israel. Una atención mediática que, gracias a las redes sociales, se ha visto amplificada y globalizada en tiempo récord. Donde unos ven un elegido enviado por Dios, capaz de obrar milagros, otros ven los hilos de la manipulación como maniobra de distracción, alimentada por alguien con intenciones ocultas, que nada tiene de profeta, un charlatán, cuyas aparentes conexiones con el terrorismo internacional podría amenazar el orden geopolítico.
Las referencias religiosas de la serie son constantes. También la representación de milagros y señales del Apocalipsis, que nos ofrecen escenas que todos nos hemos representado en nuestra cabeza en algún momento. La sugestión es poderosa. Esto, unido al carisma del protagonista, un hombre de mirada afable, aspecto cándido y discurso ambiguo, termina por despertar nuestra curiosidad como espectadores. Uno no puede dejar de preguntarse si Al-Masih es realmente un enviado de Dios, dotado de poderes sobrenaturales, o un farsante, como Eva Geller y Aviram (Tomer Sisley), un agente de la inteligencia israelí, creen firmemente.
I WANT TO BELIEVE
Bajo su barniz político, Mesías pone una cuestión interesante sobre la mesa: la universalidad, con independencia del credo, de los mecanismos que cimentan (o destruyen) nuestra fe y cómo nuestras experiencias personales nos predisponen a creer ciegamente o a ser radicalmente escépticos, con un tono que por momentos recuerda a The Leftovers (HBO). Al igual que en la serie de Lindelof y Perrota, creer se convierte en un mecanismo de supervivencia en un mundo con infinidad de dolorosas preguntas sin respuesta. Si le añadimos a este caldo de cultivo el potencial viral de Internet y las redes sociales, la devoción individual conseguirá que veamos tantos milagros y señales en la vida cotidiana como queramos, cincelados a golpe de vídeos, fotos y hashtag. De la influencia a la movilización solo hay un paso: la voluntad de querer formar parte de algo mayor que uno mismo.
‘Mesías’ planea sobre la delgada línea que separa el poder religioso de la manipulación, la espiritualidad individual del delirio colectivo
Más allá de esa carrera contrarreloj contra el enemigo número 1 de los EEUU, Mesías nos invita a una travesía, física y espiritual, en escenarios de fuertes contrastes, que nos hacen reflexionar sobre lo que nos separa de otras culturas pero, también, lo que nos aproxima. La serie se convierte en una paleta con infinidad de miradas: la racional agente de la CIA, que se refugia en su trabajo para evitar enfrentarse a su propio proceso de duelo; la de un agente del MOSSAD torturado por su pasado; la de dos refugiados sirios que ven su compromiso religioso puesto a prueba; la de un pastor de origen latino con una crisis de fe y hasta el mismísimo presidente de EEUU.
Al igual que su protagonista, la serie planea sobre la delgada línea que separa el poder religioso de la manipulación, la espiritualidad individual del delirio colectivo, el control sobre nuestro propio destino de la necesidad de una brújula moral que fije nuestro propósito en la vida.
Mesías es una interesante propuesta sobre los dogmas de fe en la era de Instagram y hasta dónde estamos dispuestos a llegar ante una señal irrefutable de un acto divino (aunque nos la muestren con un filtro Valencia).
Mesías se estrena el 1 de enero.