El rocoso camino a Mandalore y las críticas a 'The Mandalorian'
Especial final de temporada

El rocoso camino a Mandalore y las críticas a la T3 ‘The Mandalorian’

La temporada 3 de 'The Mandalorian' se acerca a su final en lo que ha sido, sin duda, la temporada más polémica y criticada hasta la fecha. ¿Se nos ha roto el amor de tanto usarlo?

Reflexionamos al respecto en esta primera parte del especial final de temporada 3 de 'The Mandalorian'.

Bo-Katan Kryze con el casco puesto en 'The Mandalorian'.

¿Cual es el verdadero camino? ¿Aquél que no se desvía ni un ápice de lo que los fans desean o imaginan? O aquél que marcan quienes han sido confiados para contar las historias que tanto amamos? La relación de los fans de Star Wars para con su creador (George Lucas, primero) y sus propietarios (Disney, luego) da para un buen culebrón de muchos volúmenes. Es un no parar. Cuando parece que el equilibrio entre satisfacción fandom y producto entregado está resuelto, algo ocurre que vuelve a poner patas arriba la paz en la Galaxia Fandom. 

Como decía Michael Corleone en El Padrino III, “Just when I thought I was out, they pull me back in…”. Cuando parecía que todo el mundo estaba contento con The Mandalorian, llega la tercera temporada y todo estalla como el planeta Alderaan tras ser atacado por la Estrella de la Muerte. Tal y como recogía hace unos días The Hollywood Reporter, las webs y canales de YouTube de habla inglesa están llenando su contenido de artículos negativos sobre la serie y la puntuación del público ha bajado en recopiladores como Rotten Tomatoes

¿Cómo le ha podido pasar esto a The Mandalorian? Cuesta mucho discernir entre críticas legítimamente analíticas y críticas nacidas del rechazo más visceral, unas veces por puro odio o rechazo y otras, admitamoslo, porque tanto odio genera clicks y visitas. “La ira lleva al odio, el odio al sufrimiento…” decía el Maestro Yoda. Hoy diría que el odio lleva al clickbait…Intentemos trazar por qué hemos llegado hasta aquí y cuáles han sido los puntos más criticados de esta tercera temporada. 

El gran error de ‘The Mandalorian’

Una de las reprimendas más repetidas a la actual temporada es la baja calidad en los diálogos, situaciones, cameos (como el de Jack Black y Lizzo) y hasta los efectos especiales. Obviamente aquí entra la subjetividad de las personas pero el aquí firmante no ha detectado una bajada alarmante –ni por asomo– en cuanto a calidad en esos aspectos. Sí, la tercera temporada no está siendo tan brillante o redonda que las anteriores, pero creo que esto se debe a un error muy concreto que es el origen de toda esta polémica.

Que no cunda el pánico, los momentos cute de Baby Yoda se siguen contando a montones.

Es ya un hecho aceptado que El libro de Boba Fett fue una serie, por lo general, decepcionante. Un ejemplo, como también lo fue Obi-Wan Kenobi, de que la actual Lucasfilm, presionada por insuficientes beneficios en el cine y la necesidad de producir contenido para Disney+, no ha sabido encontrar el formato correcto para sus ideas. En ambos casos, las historias que querían contar no daban para una temporada pero sí para una película o un evento de 2-4 episodios. Lo cual es indicativo de las muy sonadas tensiones internas en Lucasfilm y la falta evidente de un plan maestro por parte de su presidenta Kathleen Kennedy. 

Entra aquí el gran error con The Mandalorian que nos ha llevado hasta esta situación. Si recordáis, el El libro de Boba Fett acabó resultando un The Mandalorian 2.5 con una trama de dos episodios centrados en Din Djarin y Grogu que dinamitaron la serie de Boba Fett –siendo los más vistos, por cierto, lo cual no es de extrañar–. En esa trama, básicamente se deshizo todo lo que se había hecho en el final de la temporada 2 de The Mandalorian: se volvió a unir a Din con Grogu tras su traumática, pero narrativamente justificada, separación.

Para mí, hijo generacional de las secuelas, ser fan de Star Wars va de eso. De estar dispuestos a viajar todo lo que haga falta para expandir este mundo, no en revivir una y otra vez la misma película.

Entre la marabunta de informantes e influencers del mundo de Star Wars, hay quien asegura que esta fue una decisión corporativa y no creativa. Que fue la presidenta Kathleen Kenedy la que obligó al equipo de la serie a recuperar a Grogu y Din y que éstos, Dave Filoni y Jon Favreau, lo hicieron a regañadientes. Cuando el río suena…

Din, el ‘Mando’ original ya no está solo. ¿Qué tiene eso de malo?

…agua lleva. En ese momento, lo cierto es que se cargaron parte de la magia de la serie. Esa es la realidad que cualquier espectador con dos dedos de frente puede apreciar. El misterio y las ganas de volver a ver a Grogu y Din juntos, algo que hubiera subido la tensión narrativa y el interés en la tercera temporada, desaparecieron por completo tras esa decisión que, claramente, respondía más a criterios corporativos que narrativos. 

La unión definitiva de los dos ya icónicos personajes lleva al conformismo y al acomodo. Por tanto, el interés por The Mandalorian decae de forma natural. Dicho de otra forma, la The Mandalorian que conocíamos terminó allí y empezaba entonces otra The Mandalorian. ¿Peor? ¿Mejor? Como mínimo, diferente. Y esto es lo que nos estamos encontrando, otra serie pero con el mismo título. Ante lo distinto, la reacción tiende a ser visceral y traumática. Décadas de Star Wars han demostrado en numerosas ocasiones que los fans viven esta saga como algo muy personal y cualquier novedad o añadido que pueda salirse de lo conocido, enfurece hasta cotas realmente preocupantes. 

¿Qué demonios quieren los fans?

Esta es una reacción que, sinceramente, siempre me lleva a preguntarme lo mismo: ¿quieren los fans de Star Wars ver la misma historia una y otra vez o quieren ver historias nuevas? No pienso debatir cómo debe ser un fan de Star Wars ni qué es lo que hace ser más o menos fan, pero sí pienso que este es un error demasiado atávico que debería estar ya superado si se quiere disfrutar de forma saludable de una saga tan especial. La gracia de Star Wars es precisamente su constante expansión y su capacidad para acoger historias a lo largo de miles y miles de años de una cronología que, precisamente por ser imaginaria, no tiene límites. 

Din y Grogu ya forman parte de un universo mucho más amplio que, inevitablemente, los arrastra hacia otros derroteros.

Para mí, hijo generacional de las secuelas, ser fan de Star Wars va de eso. De estar dispuestos a viajar todo lo que haga falta para expandir este mundo, no en revivir una y otra vez la misma película. Es igual de respetable y bonito ser un tipo de fan u otro. Si lo tuyo es El imperio contraataca, mírala tantas veces como quieras, pero no pretendas que toda la saga sea igual. No es lo que quería George Lucas ni es lo que esta saga está destinada a ser. 

La armera nos lo lleva avisando desde el primer capítulo: ‘The Mandalorian’ tiene planes mucho más grandes.

Por eso es interesante separar el grano de la paja y apartar de la ecuación a los que critican solo por clickbait o los que ven fantasmas woke por todas partes. A los troles, ni agua. Lo interesante, eso sí, está en quienes critican más vehementemente a la tercera temporada de The Mandalorian por qué ya no es la serie que les gustaba.

Es interesante porque precisamente tienen razón: la serie ya no trata solo de Din y Grogu. Esa es la cuestión. La diferencia está en que esos fans no aceptan el cambio y se niegan a ver evolucionar la serie. Son los mismos que verían tan solo El imperio contraataca una y otra vez –normal, es la mejor peli de todas– y desecharían cualquier precuela o secuela porque sí. Así pues, quienes parecen ver Star Wars con anteojeras como las de los caballos, mejor que solo vean las dos primeras temporada de The Mandalorian. 

La T3 de ‘The Mandalorian’ es una nueva serie, y está bien que así sea

La realidad es que la trama de The Mandalorian ya no puede tratar solamente sobre Din y Grogu. Su misión principal ya se ha cumplido y su camino está unido para siempre, dispuestos, los dos, a afrontar juntos nuevos retos y misiones. Ahora ya forman parte de un universo mucho más amplio que, inevitablemente, los arrastra hacia otros derroteros. Si queremos seguir viéndolos, deben formar parte, de forma orgánica, del devenir más amplio de la saga. 

Todo esto nos lo podríamos haber ahorrado si Lucasfilm no tuviera miedo al rechazo y hubiera sido valiente.

Eso es lo que está sucediendo en una temporada en la que Bo-Katan Kryze y el destino general de Mandalore como pueblo, ha tomado su merecida importancia y está acaparando la atención de la serie. También el establecimiento de la débil Nueva República o el ascenso de unos restos del Imperio que inevitablemente (porque así lo marcó el canon de las secuelas de J.J. Abrams, guste o no) deben llevarnos hacia el nacimiento de la Nueva Orden. Estos son temas que The Mandalorian tiene el deber de explorar como el buque insignia que es actualmente, destinada a “tirar del carro” en esta fase de la cronología del Canon de Star Wars

Pienso firmemente que todo esto nos lo podríamos haber ahorrado si Lucasfilm no tuviera miedo al rechazo –algo imposible en el mundo actual– y hubiera sido valiente –aún más imposible– dando por terminada The Mandalorian en la segunda temporada. La hubiera seguido a continuación, eso sí, lanzando una nueva serie secuela (llamada The Mandalorians o lo que fuera) que hubiera seguido con la aparición de Din y Grogu pero unas tramas mucho más amplias y conexiones directas con otras series como la futura Ahsoka, como estamos viendo en esta tercera temporada. Ese es de hecho, el plan actual que acabará desembocando en una película dirigida por Dave Filoni que, al estilo Los Vengadores, unirá todas estas tramas interconectadas, tal y como se anunció en la pasada Star Wars Celebration.

Bo-Katan (Katee Sackhoff) ha ganado importancia y protagonismo en ‘The Mandalorian’.

Pero aspirar a que a la Lucasfilm de Disney le pese más el lado creativo/narrativo que el lado corporativo es un algo naif y la realidad, si queremos seguir disfrutando de esta saga como fans, nos obliga a ver, desde ya mismo a The Mandalorian como lo que es y no como lo que fue. La serie es el mejor vehículo que ha encontrado Star Wars para que Dave Filoni y Jon Favreau nos lleven por un camino que cubre un espacio poco explorado, lleno de potencial y nuevas historias que recogen, justificadamente, lo sembrado en obras animadas anteriores de Filoni como Las Guerras Clon o Rebels.

En esta nueva The Mandalorian deben tener cabida historias como el destino de los mandalorianos, la implosión burocrática de la Nueva República o el ascenso del Gran Almirante Thrawn. Solo así, aceptando la serie por lo que es, podremos disfrutar genuinamente de una temporada que, a falta del episodio final, nos está ofreciendo buenos e importantes momentos para el lore de Star Wars.

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