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Ambientada en un pueblo minero de Nottinghamshire, Sherwood gira en torno a dos espeluznantes e inesperados asesinatos que destrozan una comunidad ya fracturada por su oscuro pasado.
Asesinatos que derivarán en una de las cacerías humanas más grandes de la historia británica, además de empeorar las divisiones históricas provocadas durante la huelga de mineros acontecidas tres décadas antes (1984-1985).
La historia se basa concretamente en el asesinato del sindicalista Keith Frogson en 2004, y comienza con el asesinato de un antiguo activista sindical, Gary Jackson (Alun Armstrong). El interés de Jackson por las actividades encubiertas de la antigua policía dentro de la comunidad lleva a la policía a sospechar una conexión entre su muerte y la huelga de los mineros.
Creada por el prolífico guionista James Graham, este se inspiró en dos asesinatos reales ocurridos en 2004 en el pueblo en el que creció, Annesley Woodhouse (llamado «Annesley» en la serie).
Una ficción inteligente, convincente y conmovedora que debería perdurar en el tiempo
Unos sobrecogedores sucesos sobre los que el escritor afirmó: «Todas las historias extraídas de esta dolorosa realidad deberían recordarnos que tanto los gobiernos como otras fuerzas poderosas han desplegado a menudo las armas de la división a corto plazo, tratando de dividir a la gente; y los impactos a largo plazo de esto siempre son increíblemente personales y dolorosos». Un mensaje claro y directo que se deja ver a lo largo de todos sus capítulos.
Sherwood no solo ha triunfado en cuanto audiencia, sino que ha recibido grandes elogios por parte de la crítica británica y formó parte de la sección oficial del pasado Serielizados Fest.
Una serie que sin sacrificar la historia ni el suspense, y sin dejar de prestar una meticulosa atención a la complicada trama de relaciones y sus ramificaciones que se desarrolla en el pueblo, va construyendo poco a poco, de forma sutil y evocadora, una magistral obra sobre el estado de la nación. Una ficción inteligente, convincente y conmovedora que debería perdurar en el tiempo y establecerse como un ejemplo de buena escritura y estupendas interpretaciones.
Sherwood no flaquea en su trama, en su atención a los detalles, ni en el perfecto retrato y crónica de un espacio que actúa como un personaje. Y es que, aunque Nottinghamshire quizá no tenga un lugar en el imaginario audiovisual tan amplio como, por ejemplo, Liverpool, Sheffield o Manchester, este híbrido entre el norte y las Midlands, es un espacio fronterizo de variaciones y complejidad perfectas para enmarcar la maravillosa trama de esta ficción.
¡No se la pierdan!
