Muere David Lynch, el genio al que tanto le debemos
Adiós al padre de 'Twin Peaks'

Muere David Lynch, el genio al que tanto le debemos

El cineasta, uno de los más influyentes de la historia y figura esencial de la historia de la televisión moderna nos ha dejado a los 78 años.
David Lynch

Retrato de David Lynch en un reportaje para GQ, recordando a 'Twin Peaks'.

David Lynch ha muerto a los 78 años. Su familia lo ha anunciado en su página de Facebook,  en un comunicado donde afirman lo siguiente:

«Con profundo pesar, nosotros, su familia, anunciamos el fallecimiento del hombre y artista David Lynch. Agradeceríamos un poco de privacidad en estos momentos. Hay un gran vacío en el mundo ahora que ya no está con nosotros. Pero, como él diría, ‘Mantén la vista en el donut y no en el agujero’».

Nacido en Missoula (en el estado de Montana), Lynch fue uno de los cineastas más influyentes de nuestro tiempo. Tanto es así que su propio apellido se convirtió en un adjetivo de pleno uso como es lynchiano. Al igual que cuando decimos kafkiano o hitchcockiano, todo el mundo entiende lo que significa gracias al impacto de su obra, aunque no la hayas visto.

Un director especial, a veces controvertido (en su arte, no tanto en su figura) pero sobre todo singular e irrepetible, llevaba desde 2006 sin dirigir un film (el último fue Inland Empire) pero sí que consiguió en 2017 levantar al fin el retorno de Twin Peaks, la serie con la que se convirtió también en historia de la televisión y a la que le debemos tanto los seriéfilo.

David Lynch

Lynch, junto a Kyle MacLachlan y Laura Dern en una escena de ‘Twin Peaks: el retorno’.

David Lynch será recordado por sus icónicos films Cabeza Borradora, Terciopelo Azul, Carretera Perdida Mulholland Drive, así como El hombre elefante, Dune, Corazón Salvaje Una historia verdadera. Además, su carrera estuvo plagada de otros proyectos multidisciplinares como fueron cortometrajes, anuncios o exposiciones.

Junto a Mark Frost concebió Twin Peaks, serie cumbre que impactó a todo el mundo por su habilidad para conjugar misterio, surrealismo, terror y humor y pionera en lo que fueron y son las series «de prestigio», lejos del modelo clásico de televisión.

Con el retorno de Twin Peaks en 2017 se cerró un círculo inacabado con una nueva temporada que volvió a elevar las incógnitas y a que volvieramos a hablar del asesinato de Laura Palmer. Pero en especial, el retorno de Twin Peaks nos abrió la mente hacia esos espacios no-terrenales que tan bien se le daban explorar en sus películas/series/sueños y nos regaló alguno de los mejores episodios de la historia de la televisión reciente.

Lynch firmó también otra serie con Frost que no pasó de una única temporada como fue On the Air (1992) para la cadena ABC y la historia ha olvidado. A nivel televisivo, cabe destacar también que una de sus obras más importantes, Mulholland Drive tuvo su génesis como proyecto de serie de televisión pero los distintos impedimentos que sufrió terminaron por lanzarla en formato film.

El año pasado se supo que Lynch padecía un enfisema pulmonar y que probablemente no volvería a dirigir, tras descartarse un nuevo proyecto animado en Netflix. La noticia de su muerte nos llega por sorpresa y golpea a todo el mundo del audiovisual y el arte en general, pues un genio sin igual nos deja un poco más huérfanos de referentes que sean tan únicos, venerados y respetados como él.

Si queréis homenajearle, nada mejor que ver algunas de sus películas o Twin Peaks pero os recomiendo un documental de 2016, David Lynch: el arte de la vida (disponible aquí) en el que Lynch se mostraba como un libro abierto en todas sus facetas, tanto la artistica como la familiar y quedará como un buen testamento audiovisual sobre el tipo de ser humano y artista que fue. Esperemos que allí donde esté ahora sirvan «damm good coffee», buenos donuts y un pastel de cerezas de rechupete. ¡Hasta siempre!

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