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Una foto del libro físico que ha generado toda la movida.
La historia bien podría salir de un episodio de Silicon Valley. Y es que la vida a veces supera a Mike Judge. La noticia no tiene desperdicio. Un grupo cripto llamado Spice DAO se lleva en una subasta de Christie’s una copia original del libro que Alejandro Jodorowski utilizó para presentar su visión nunca realizada de la adaptación al cine de Dune de Frank Herbert. Pagan por él 2,6 millones, es decir, 110 veces su precio de salida.
Hasta aquí lo (relativamente) normal. Una extravagancia de ricos, una locura de un grupo de fans de Dune o lo que sea. Allá cada uno con su dinero, ¿no? Lo divertido del caso está en que el llamado grupo Spice DAO compró el libro con la intención de liberar la obra y crear NFTs de la misma, realizar una serie de animación y dar apoyo a nuevos proyectos derivados de la obra. En otras palabras: se gastaron un pastizal en un libro creyendo que compraban sus derechos para acabar dándose con el copyright en los dientes. Su gozo de 2,66 millones en un pozo. Así lo anunciaban en Twitter:
We won the auction for €2.66M. Now our mission is to:
1. Make the book public (to the extent permitted by law)
2. Produce an original animated limited series inspired by the book and sell it to a streaming service
3. Support derivative projects from the community pic.twitter.com/g4QnF6YZBp
— Spice DAO (🏜,🏜) (@TheSpiceDAO) January 15, 2022
Dune, la novela original de 1965 de Frank Herbert ha tenido una historia convulsa de adaptaciones al cine. La reciente versión de Dune de Denis Villeneuve no ha sufrido tantos problemas –pandemia aparte– como sus antecesoras. La anterior versión, la que firmó David Lynch en 1984 estuvo rodeada de infortunios y el propio Lynch la desprecia. Pero antes de ella, tuvo lugar un intento de adaptación que acabó en nada. Un intento que la cinefília ha convertido en casi mito: la versión de Dune de Alejandro Jodorowski.
El inclasificable artista chileno firmó durante los años 70 películas de culto como El topo y La montaña sagrada. Tras ellas se propuso adaptar Dune por todo lo alto. Algo que, por aquél entonces, los estudios de Hollywood veían imposible.
Era la época previa a Star Wars o Alien y la ciencia ficción se veía como una extravagancia reservada a la serie B. Jodorowski tenía una visión muy ambiciosa y psicodélica. Su proyecto contaba can artistas como Moebius o HR Giger (que después se haría famoso por sus diseños en Alien) y un reparto que incluía desde Mick Jagger a David Carradine pasando por Salvador Dalí y Orson Welles. Y la música de Pink Floyd. Ahí es nada.
Como soñar es gratis, esa película nunca realizada ha quedado como un mito idealizado. Muchos cinéfilos se preguntan si esa es la mejor película nunca producida. Junto al Napoleón de Stanley Kubrick está allí allí en esa particular discusión La no realización del Dune de Jodoroski es una historia fascinante. Y para la posteridad han quedado algunos testimonios. Uno de ellos es el magnífico documental Jodorowsky’s Dune de Frank Pavich.
Estrenado en 2013, se pudo ver en el Festival de Sitges, donde estuvo presente el mismo Alejandro Jodorowsky –al que pude conocer, por cierto– para discutir sobre el tema y presentar también su entonces última película La danza de la realidad. El documental es una gozada y una reconstrucción muy detallada de lo que pude ser y no fue. Así como una crónica minuciosa de todas las anécdotas y procesos que impidieron que la película saliera adelante.
Un elemento esencial del documental, que sirve para articular la narración e ilustrar las imágenes del mismo, es el libro de diseños que Jodorowsky elaboró para vender la película a productores, estudios y demás. Un mamotreto que contenía diseños, ideas y storyboards, del que se realizaron una docena de copias. Repito, una docena.
Una de esas copias se vendió en una subasta por unos 42.500 dólares. Sin embargo, los iluminados de Spice DAO han llegado a gastar un pastizal creyendo que compraban una copia original y con ella, sus derechos. Así las cosas, se las prometían muy felices porque creían que podían crear NFTs –por cierto quemando/destruyendo el libro físico– del libro y ofrecerlo a la comunidad de fans. Por un módico precio.
De hecho, el grupo Spice DAO se llama así por la especia/droga que se comercializa en las novelas de Dune y que es el origen del conflicto de la trama. Son un grupo de fans de la obra que han creado una DAO (Organización autónoma descentralizada) para compartir su pasión por las criptomonedas, los NFT y su novela favorita.
Cuando la copia del libro de la película de Jodorowsky salió a subasta, uno de sus líderes, Soban Saqib, un «criptomillonario» de California de 25 años se lanzó a por ella. La comunidad de Spice DAO sumó la cantidad necesaria y el sueño de ver una nueva Dune basada en los diseños de Jodorwsky parecía posible. Pero comprar una copia física de un libro no te da acceso a sus derechos de autor. Pagues 10€ o 2,6 millones.
En este caso, Jodorowsky sigue siendo el dueño de sus diseños e ideas, por lo que los planes para una serie de animación o cualquier NFT que se quieran generar deberán surgir con su permiso. El debate sobre la propiedad intelectual en el campo de los NFT está crece actualmente debido a situaciones como esta. Lo más surrealista del caso, más allá de la buena idea de hacer una serie de animación, es la poca vista de un grupo de fans que desean «liberar» el libro de la no-película. Pues éste, pese a sus rara docena de copias, fue escaneado y subido a internet en 2021. De hecho, lo podéis ver en este enlace de Google Fotos.
O realmente este grupo de fans inversores están colocados con la Especia y no se han percatado de nada o bien aquí hay gato encerrado y se esconde alguna jugada para atraer más inversión y vete tu a saber qué movidas criptofinancieras que nunca entenderé. Quizás acaba siendo un timo. Con noticas como esta me siento como una abuela que abre la puerta de casa a timadores que se hacen pasar por empleados del gas.
Aún así, no puede evitar pensar que la soberbia y en especial, esas prisas endogámicas de cierto mundo empresarial digital, con sus distintos emprendedores mesíanicos que se avanzan a todo y que actúan para «benficio de la sociedad o la comunidad» no se dan cuenta a veces que las cosas en el mundo real aún funcionan con ciertas reglas y mecanismos. Lo peor de todo este tinglado es ver de nuevo como cualquier atisbo llevar a cabo finalmente la visión de Jodorowski en pantalla –por mucho que sea un «criptofail»- se esfuma de nuevo.