Odiar series que amáis
Seriefobia

Odiar series que amáis

Este es el artículo de mi expiación televisiva: compartir con vosotros mi top 5 de odios particulares.

Los colegas de Serielizados han puesto en marcha un podcast genial, Seriefobia se llama. Sus dos responsables, Toni Garcia Ramon y Oscar Broc (hay que señalarlos bien con el dedo y citar sus nombres) decidieron que hay series sagradas que necesitaban urgentemente ser puestas a parir, y eso hicieron. Luego me lanzaron una propuesta: escribir un post sobre mis odios particulares (que son ilimitados. Soy un gran odiadora). Acepté. Fue antes de saber que los dos secuaces, Toni y Oscar se habían atrevido a incluir Mad Men en su listado, junto a piltrafas como The walking dead. Eso es algo difícil de perdonar (Mad Men es intocable, queridos, digáis vosotros lo que digáis), pero decidí cumplir con mi compromiso, no sin antes dejar claro mi desprecio.

Dicho esto. Empezamos.

Yo soy como vosotros: podría tener otra carrera universitaria si hubiera destinado a ella todo el tiempo que he perdido viendo series supuestamente paradigmáticas que no entendí, que no valoré, que no me gustaron, que me dieron igual, que me aburrieron, series que eran pretenciosas, vacuas, grandilocuentes….

Y sería políglota si le dedicara a los idiomas el tiempo que invierto en navegar por el catálogo amplísimo de las plataformas. Este chiste de El Mundo Today me representa:

  • ¿Qué has hecho el fin de semana?
  • Buscar en el catálogo de Netflix.
  • ¿Y qué has visto al final?
  • El catálogo de Netflix.

Bueno, al tema. Mi top cinco de series que zzzzzzzzzzzzz, que me va a colocar en el pelotón de los torpes y los aficionados, serían:

1. ‘Juego de tronos’

Tuve que presentar el estreno del primer capitulo de una nueva temporada (la anterior), de Juego de tronos, en uno de esos eventos que se organizan para que los fans se toquen y se hablen. La gente, entregada, eufórica, vino disfrazada. Primer punto. DISFRAZADA. Y no se reían los unos de los otros. Luego se pusieron a tomar partido por las familias. Estaban enajenados. Sonó la sintonía. Entraron en trance. La charla se desarrolló sin contratiempos. Estaban tan felices, tenían tantas cosas en común, tantas cosas que contarse… Luego se hicieron mil fotos en el puto trono. Yo también me hice, al fin y al cabo era la anfitriona.

Dragones, enanos… Venga, va. BASTA. Si pudiera haría spoilers todo el rato para joder a los plastas que viven esta serie como si no tuvieran vida propia. Un momento, igual es eso, que se van a Poniente porque su piso es una mierda. No es mi caso, claro, soy una pequeñoburguesa con un pedazo de casa. Ahí lo dejo.

«‘Juego de Tronos’: Hasta el coño de tanta testosterona»

Los defensores de la serie, que también leyeron el libro en su momento (panda de frikis, así lo digo) me dicen que no me gusta porque «es una adaptación pobre de las novelas». Perdonad, pero es que el libro TAMPOCO me interesa. No es ese el tema. Me da igual la trama, el universo, el vestuario. Los escudos. Las familias. Me lío con los nombres. Detesto las escenas de tortura, las de violencia extrema. Hasta el coño de tanta testosterona. Además se mueren todo el rato.

Cuando nadie se atrevía a criticar la serie, llegó el gran Luis Tosar para contar una historia que me encanta: rechazó un papel en Juego de tronos porque le parecía un CULEBRÓN. Suscribo el concepto. Claro que después protagonizó Yucatán, esa película. Pero no voy a entrar en eso, que me rompe el relato.

2. ‘Twin Peaks’

Pues nada, que el genio David Lynch llegaba, 25 años después, con una segunda parte de su obra mítica: Twin Peaks. Regresaba Laura Palmer y su envolvente mundo. Universo Lynch: o te metes o no te metes, no tienes que entenderlo, tienes que dejarte llevar, me dicen siempre sus seguidores fanáticos. Me levanté a las cuatro de la mañana para ver el estreno del primer capítulo. Igual no os parece un gran esfuerzo madrugar para ver una serie en tu sofá, pero para mí levantarme pronto es como para Lynch hacer secuencias simples y fáciles de entender: una tarea titánica. Pero ahí que me puse. Al acabar me dije, tienes dos opciones, Mariola. Una, hacerte la estupenda y decir que ha vuelto el mejor Lynch, que qué maravilla y bla bla bla. Dos, decir la verdad: no has entendido NADA y estás aquí ojerosa sintiéndote una pringada y una estúpida. Opté por lo segundo, no faltaba más. Aquí el vídeo que grabé para demostrarlo. Esta es mi cara sin maquillar de las cinco y media de la mañana, tras haberme metido en vena a Lynch:

No tengo más preguntas, señoría.

3. ‘Narcos’

No puedo más con esto. Al principio, guay. Qué interesante, dije. De ahí a: estoy HARTA de Pablo Escobar, de su ascenso, de sus supuestas complejidades, de todo lo que ya sabemos sobre el cartel de Medellín, de Cali y de Juárez, y de la guerra de los carteles de la droga. De esa puta leyenda de un puto narcotraficante. Y de todos los que intentan atraparlo. De que «arrodillara a un estado», etc, etc. De sus fugas. De sus amigos HETERAZOS. De la cocaína.

Y eso que aún estaba por llegar Loving Pablo, una peli sobre su historia de amor. Mira, no. Es verdad que es un tema que no me pone, el del tráfico de drogas en general. Luego, sin embargo, Fariña me interesó y me gustó. Galicia me pilla más cerca, más de casa. Y ese Sito y ese clan de mujeres. Será eso.

4. ‘Lost’

«Cada vez que algún snob se ríe del final de ‘Los Serrano’ pongo una sonrisa sarcástica y digo la palabra mágica: ‘Lost'»

El mismo día en el que se emitía su capítulo final yo tenía un programa de radio donde íbamos a comentar la jugada. Así que me levanté, OTRA VEZ, a las cinco de la mañana para verlo en primicia. Había seguido la serie sin más, de manera desapasionada. Por seguirla. Pero llegó ESE FINAL y yo volví a hundirme en el sofá sintiéndome gilipollas y pensando: ¿Será que no tengo suficiente capacidad intelectual para pillar lo que me quieren contar? ¿Seré yo SOLA? Tardé bastante tiempo en sentirme acompañada en mi sensación de analfabetismo porque los seguidores, los fans, los losties, esperaron mucho a decir la verdad: sí, nosotros también estamos decepcionados con este final y, no, tampoco sabríamos decirte qué entendimos, qué nos quisieron contar. El puto humo, por el amor de dios. Desde ese día cada vez que algún snob se ríe del final de Los Serrano pongo una sonrisa sarcástica y digo la palabra mágica: Lost.

Y también está en mi lista porque, como dice mi amigo y colega Toni Martínez, en esta serie «no tienen comida y hay un gordo que no adelgaza».

5. ‘The Walking Dead’

Vi con cierta sorpresa la primera temporada. En la segunda ya estaba un poquito hasta lo cojones de los zombis y en la tercera, como dijo Toni García cuando vino a La Ventana (Cadena Ser), me aburrí tanto que acabé yendo a favor de los muertos vivientes. Luego dejé de verla seguida y la recuperaba de vez en cuando. Cuando me paraba en algún capítulo solo deseaba que los vivos se mataran entre ellos y acabara todo de una vez por todas.

Ignoro por qué sigue siendo una de las series más vistas y más largas. Pero me gustó algo que leí: la serie es muy seguida entre los votantes de Donald Trump, que es un motivo más que suficiente para odiarla del todo.

En Reddit surgió el rumor de que este zombi de ‘The Walking Dead’ era una caricatura de Donald Trump.

Bonus track

Series de hace 300 años, que gustaban a todo el mundo cuando era pequeña y adolescente y que yo odiaba (sí, empecé a odiar muy pronto). La cosa siguió a medida que fui creciendo.

El equipo A‘. Todo el rato con explosiones, una violencia inusitada, coches volcando a todas horas. La manía que le tenía a esta serie sólo es comprable con la que le tenía a El coche fantástico. ¿Motivos? Varios, pero el pelo de Michael Knight sería suficiente

Los Ángeles de Charlie‘. Sí, yo también tenía amigas que se repartían los papeles. He tenido que superar eso.

Los hombres de Harrelson‘. Si alguien, en plan graciosete, suelta en una conversación, «TJ, al tejado», yo pongo la mirada estilete que tan bien me sale. Acribillar a balazos a los malos. Así también soy yo policía.

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