Donde viven los monstruos

La serie, formada por 8 episodios de 25 minutos, cuenta la historia de un joven, Danny, que ha pasado sus 18 años de vida secuestrado en su casa, creyendo que el mundo exterior está lleno de monstruos.

Danny vive con su padre, Steve, que es quien le encerró, tras el fatídico accidente que mató a su esposa, y quien le llenó la cabeza de miedos y pánicos con el fin de alejarle de los peligros del mundo: los asesinos, las guerras, las drogas y la maldad.

Pero el aislamiento y la sobreprotección de su padre llegan a su fin cuando Steve muere repentinamente y el joven Danny es acogido en casa de su tía Sue.

Poco a poco, como si de un alienígena se tratara, Danny irá descubriendo el mundo exterior junto a su primo Aaron y baja del pedestal a su fallecido padre, a quien había venerado hasta ahora.

El actor protagonista, Lewis Gribben, que interpreta magistralmente a Danny, comentaba sobre su personaje: «Danny siempre había creído que su padre hacía todo lo posible por cuidar de él. Puede que la gente vea a Steve como a un abusador, dadas las manipulaciones a las que somete a su hijo, pero realmente es un hombre que quiere mucho a su hijo, pero que sufre miedos irracionales e incontrolables».

Sobre la idea germinal de la serie, el creador y guionista Pete Jackson, explicaba: «Mi padre tenía un tocadiscos en un sitio privilegiado del salón y nos encantaba sentarnos a escuchar música. Hace un par de años, recuperé el tocadiscos del garaje y me puse a hacer lo mismo con mi hijo. Irremediablemente me puse a pensar en esos mundos protegidos y seguros que creamos para nuestros hijos y cómo éstos se nos escapan de las manos porque son incompatibles con las complejidades del mundo real. ¿Qué pasaría si un padre hiciera todo lo posible para resguardar a su hijo en un lugar demasiado seguro?».

Una de las series más vistas, recomendadas y celebradas del Reino Unido, y con cuatro nominaciones a los BAFTA, esta es una maravillosa suerte de Canino desde una perspectiva tan bella como inusual, tan humana como desgarradora donde Grabben ofrece una de las interpretaciones más sólidas y convincentes de los últimos años.