'El Presidente': La sátira buscando el fútbol
'El Presidente'

La sátira buscando el fútbol

¿Cuánto hay de verdad y cuánto de ficción en la historia que nos cuenta 'El Presidente'? Descubrimos los entresijos de la serie (y de la CONMEBOL) a continuación.

A orillas del mar chileno flotan en naufragio los elementos representativos de una Copa América inexistente, la de Chile 2105. Sí, así se lee en camisetas, muñecos y gorras, «2105». La escena –de las memorables escenas de la serie El presidente, también hay otras en el último tramo de la serie– es una alusión descarnada, punzante, satírica a lo que pasaba (o pasa) detrás de toda una organización que ha marcado los manejos, las políticas, los modos de ser de la administración latinoamericana: la CONMEBOL. Todo aparentaba estar bien hecho, pero había algo torcido y realmente visible. Pero nadie lo notaba. A vuelo de pájaro no se nota el error: Chile 2015… Chile 2105. Pero ahí estaba. Tal vez nadie lo quería ver.

En un principio, pensé que se trataba de una anécdota real de lo que había pasado en las playas del mar chileno con el arribo de la mercancía para la Copa América de Chile 2015, pero luego leí un artículo publicado en el diario La Tercera, firmado por Matías Parker y Álvaro Poblete, e impreso el 10 de junio de 2020, en el que guían al espectador de El presidente sobre los elementos verdaderos, falsos o imprecisos en la narración de la serie. Para mi sorpresa, la anécdota es inventada, falsa, según los redactores.

«Los peluches flotantes (falso): Si bien la investigación post partida de Jadue de la ANFP dio con un container lleno de artículos de merchandising de la Copa América, estos hicieron noticia por el alto costo de su compra y porque nunca fueron ocupados. En la serie se muestra un container con productos mal confeccionados (tenía la inscripción Chile 2105), que terminaron flotando en una playa de la Quinta Región».

Tras ello, la serie se saborea distinta. Cosas que no pasaron pero que debieron haber pasado.

Lo que ha ocurrido con la FIFA y la CONMEBOL en sus respectivas historias y en sus versiones aliadas da para miles de páginas y de investigaciones; da también para películas y series de muy diverso nivel. La apuesta que han realizado los productores y escritores de la serie El presidente no ha sido baja, si bien han tendido a convertir la trama en una sátira. En medio de la maduración de las producciones latinoamericanas para ofrecer cada vez más historias al mundo, El presidente resulta jugosa en sus movimientos, en su escritura, en sus personajes y en sus actores. Puede haber opiniones sobre cuál escena o qué personaje se queda corto, pero en general hay más momentos buenos y particularidades actorales que garantizan un producto de entretenimiento de calidad. Estas mejoras técnicas y artísticas emparentan las producciones latinoamericanas con algunas realizaciones europeas y españolas que también apuestan por recorrer sus historias y mostrarnos sus luces y sombras sociales, políticas y humanas.

‘El presidente’ ha invocado la ficción para matizar los aspectos sombríos en la administración de los diferentes campeonatos que involucran a la CONMEBOL y a la FIFA

Pero, así las cosas, la producción de El presidente ha invocado la energía de la ficción para matizar los aspectos sombríos en la administración de los diferentes campeonatos que involucran a la CONMEBOL y a la FIFA, en últimas, las organizaciones poseedoras de una serie de derechos sobre la actividad deportiva que tanto apasiona a los habitantes de este planeta. Bueno, hay que subrayar que la serie misma es narrada por un personaje que ha fallecido y que, amén de ello, la primera persona que guía lo que vemos lo hace desde un más allá muy cercano a todos los detalles de lo que se hizo con el fútbol en el más acá.

Ese personaje es don Julio Grondona, conocedor, como muy pocos, de los entresijos de la FIFA y de la administración del fútbol internacional. Su voz (o en este caso la de su intérprete, el actor Luis Margani) es el horizonte reflexivo de la serie, una nota de intimidad para saber lo que pasa en cada rincón de las casas y de las vidas de los demás personajes. Nos acostumbramos a la cadencia de aquella voz y a la pausa irónica con la que observa a sus antiguos aliados desde ese limbo en el que construye el recuerdo de sus tramperías.

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Los presidentes de las asociaciones de fútbol de países sudamericanos en la serie ‘El Presidente’ / Amazon Prime

El fútbol y la pregunta por los géneros

En pleno auge de las investigaciones sobre lo que ha sido la FIFA y lo que han hecho las diferentes confederaciones de fútbol, la serie El presidente tomó una decisión compleja: abordar lo que pasaba en Chile y la organización de su Copa América dentro del marco de la sátira.

Un podría pensar que los dirigentes del fútbol son hombres marcados por la disciplina de una formación deportiva o por el rigor de la formación en la administración de empresas, pero no es así. Y la serie lo subraya aún más. Sus personajes, sin excepción, están marcados por las torpezas, los vicios, la ineptitud, la avaricia, la lujuria y otros pecados capitales (o municipales). No hay entre ellos ningún criminal de alta jerarquía mental, son simplemente unos mequetrefes movidos por sus deseos de tener algo en los bolsillos, entre manos, o, lo que sería la mayor astucia, dócilmente  a la espera de lo que caiga de la mesa.

Hay un momento en el que se menciona una mente brillante, pero es para mostrar de dónde procede tal modo de ser «oficial». Se menciona a João Havelange. A él se alude como a un oráculo para la formación de la administración deportiva. La sátira de El presidente lo muestra como otro loco más al que otros le comieron cuento; es el inicio de un molde en el que todo resulta corrupto.

¿Y si resulta cierto que todos los descubrimientos del FIFA Gate no son más que una venganza del gobierno de los Estados Unidos ante la pérdida del mundial 2022?

¿Cómo hubiera sido esta serie planteada en otro género? Esa pregunta ha latido en mi mente tras acabar de ver sus capítulos. ¿Cambiarían mucho los personajes? No es fácil responder a esto. La apuesta por la ficción satírica es una controlada forma de decirnos en tono de chiste lo que no se puede decir (aún) con mayor firmeza. ¿Y si resulta cierto que todos los descubrimientos del denominado FIFA Gate no son más que una venganza del gobierno de los Estados Unidos ante la pérdida del mundial 2022? Parece un chiste, ¿no? ¿Y si no lo es? Como la serie nos apunta su información (porque seguramente tienen mucha información) en tono de broma, pues no es fácil valorarlo todo de igual manera. Como ocurre con los muñecos náufragos del mundial inexistente, resulta gracioso pero inofensivo. Tampoco es deber de los guionistas y realizadores contarnos las cosas tal y como ocurrieron; para ello hay otras fórmulas y disciplinas. Los guionistas tienen derecho a un esparcimiento.

El presidente logra llevar a sus espectadores a un fragmento de la historia de la administración del fútbol, sobre todo del fútbol latinoamericano y chileno, poniendo en evidencia el negociazo que se han armado unos “emprendedores” hombres que lo único que hicieron fue estar en el lugar adecuado en el momento adecuado. Suele pasar.

La sátira queda «redonda» en las torpezas y ambiciones de un presidente como Sergio Jadue, el mismo que llevó a Chile a ganar su primera Copa América, la de Chile 2015, ¿o fue la de 2105?

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