Crítica de 'Outer Range': Un agujero negro tan bizarro como fascinante
Review: 'Outer Range'

‘Outer Range’: Un agujero negro tan bizarro como fascinante

La nueva serie de Prime Video con Josh Brolin a la cabeza, 'Outer Range', es una bizarrada que nos dejará descolocados pero, ¿no es eso fantástico?

Outer Range es toda una rara avis de entre los estrenos recientes de Prime Video. La plataforma de Amazon no suele ser tan prolífica como otras. Y en lo que respecta a su producción original, tiende a ser un pelín conservadora, pese a que excepciones haberlas, haylas. Quien piense que Outer Range es la versión, protagonizada por Josh Brolin de Yellowstone, estará equivocado. 

Quien quiera un western canónico se encontrará perdido en un lodazal en el que hay de todo: diálogos parcos y concisos contra monólogos extenuantes que no llevan a nada, grandilocuencia existencial frente a encuadres preciosos, estampidas random de bisontes junto a viajes temporales o temazos musicales contrapuestos a momentos de lo más cringe con personajes cantándolos a capella. Hay sitio para todo en Outer Range y el resultado final, honestamente, pueda que tenga más problemas que aciertos pero es fascinante. Y si conectas con ella –aunque quizás sea el único al que le suceda– engancha. 

No le busquéis demasiado sentido, abrazadlo y dejaros llevar. Porque cuanto más loca se vuelve la serie, más buena es.

Aunque lo más fascinante de Outer Range quizás sea el mero hecho de su existencia. ¿Cómo es posible que en la era de los algoritmos y las producciones que van a lo seguro, Prime Video estrene lo que pueda ser la fumada del 2022?

Pues la serie, para bien o para mal, parece haber nacido durante una alucinación de su creador, Brian Watkins, en algún Tipi Cherokee perdido en medio de Wyoming. En un momento en el que nos saturamos con tanto audiovisual, disponer de algo como Outer Range, más cercana al cine indie fantástico, supone salir de la rutina seriéfila en la que nos hemos acomodado. Pese a que no todo vale para salir de la rutina, sin duda, esto hay que aplaudirlo.

¿Qué diantres estoy viendo?

Outer Range nos cuenta la historia de una familia ranchera, los Abbott, cuyo patriarca, Royal (Josh Brolin) hace lo que puede en medio de una disputa con la familia ranchera vecina, los Tillerson. Royal y su familia llevan un año lidiando con la desaparición de su nuera. La serie arranca cuando un accidente obliga a Royal a salvarle la papeleta a sus dos hijos. Encima de todo está el gran elefante en la sala: un enorme agujero negro que aparece en las tierras de los Abbott.

Es precisamente este agujero, capaz de tragarse y/o escupir cualquier cosa, lo que arrastra la serie hacia lo paranormal. Y a su vez, es el gran vacío que la misma tiene que rellenar. A lo largo de los ocho episodios de la serie, la presencia del agujero se hace patente en las reacciones que provoca entre los personajes que van conociendo su existencia. Así como en los hechos que se precipitan. 

Brolin es el único intérprete que, inexplicablemente, consigue ser convincente tanto en los momentos serios y plomizos de la serie como en los momentos más bizarros.

El agujero negro lo es todo y nada a la vez, pues a medida que avanza Outer Range su importancia se va relativizando y lo que gana peso es la locura que su existencia aporta. No le busquéis demasiado sentido, abrazadlo y dejaros llevar. Porque cuanto más loca se vuelve la serie, más buena es. En cambio, cuando busca la cordura y el significado existencial es cuando Outer Range peca de no tener suficiente enjundia. 

Los Abbott y los Tillerson, como los Hatfields y los McCoy.

En esta línea, los personajes que seguramente más puedan alejar (o acercar, según como se mire) a la audiencia de la serie, son los que más relación tienen con el agujero. Más allá del personaje de Josh Brolin, que come a parte, tenemos a Autumn, interpretada por la inglesa Imogen Poots y Billy, uno de los hijos del rancho rival. La primera es una especie de hippy que aparece al mismo tiempo que el agujero y parece tener cierto conocimiento sobre el fenómeno paranormal. Autumn ejerce de agente del caos y su presencia, así como su alocada actuación, representa el salto de fe que requiere Outer Range. Ella encapsula todo el corpus sobrenatural de la serie y nos pone al límite: si la soportas, soportarás la serie. Sino, mejor volver a Yellowstone

Por su parte Billy, interpretado por Noah Reid, ejerce la misma función/peaje, aunque en otra faceta de la serie: su corpus absurdista. Su personaje es un niño de papá desequilibrado con tendencia a cantar a capella cualquier canción en cualquier situación. Lo cual provoca escenas de auténtica vergüenza ajena. Y es magnífico si sintonizas con este tipo de humor, sinceramente. Seré de los pocos en esta trinchera pero, de entre todos los ingredientes con los que intenta jugar Outer Range, es este humor absurdo lo que mejor le sienta. Para más inri, cuando los dos personajes se juntan, las escenas se vuelven grotescas. Aumentando aún más todo lo bueno (o todo lo malo) del efecto que producen ambos. 

El show de Josh Brolin

Sin embargo, esta es la serie de Josh Brolin por encima de todo. Tanto es así que el resto de secundarios a su alrededor se van arrugando y desdibujando mientras avanza la serie. Especialmente aquellos que, a diferencia de los citados anteriormente (Autumn y Billy) se toman demasiado en serio su papel.  

‘Outer Range’ consigue dejarte descolocado pero sin saber si el que está en fuera de juego eres tu o es la serie

Al contrario que los miembros de su familia, Brolin es el único intérprete que, inexplicablemente, consigue ser convincente tanto en los momentos serios y plomizos de la serie como en los más bizarros. Es precisamente esta convicción y cintura la que permite tragarnos algunos de los giros más inverosímiles de la trama sobrenatural que él protagoniza. 

Ahí está la cintura del bueno de Josh: un tipo capaz de ser un cowboy tradicional en pelis de los Coen pero también Thanos de Los Vengadores , un superhéroe que viaja en el tiempo como Cable en Deadpool 2 o un general galáctico en Dune. Si no fuera por él, Outer Range no estaría ni en el mapa.

Un fiasco genial

Por todo lo que he comentado anteriormente, Outer Range consigue dejarte descolocado pero sin saber si el que está en fuera de juego eres tu o es la serie. Celebro que Prime Video se haya atrevido a experimentar con esta mezcla de géneros. Ya lo hizo, por ejemplo, con la fallida pero también fascinante Them. Aunque el resultado sea imperfecto, prefiero mil veces la imperfección con buenas ideas que la ejecución perfecta de un producto de algoritmo. 

Sin embargo, no puedo evitar pensar que, por muy rara avis que la serie sea para los tiempos actuales, también es víctima de los mismos. Y me explico: su planteamiento paranormal, así como la factura visual y estética –ojo a los temazos musicales que acompañan muchas de las escenas clave– y el discurso existencial de Outer Range funcionaría mucho mejor como una película encapsulada en lo desconocido y atmosférico. 

Más Billy Tillerson (Noah Reid), por favor.

Y eso no quiere decir que no haya material potencial para llevar la serie a más temporadas. Si se quiere y siempre que la serie abrace con más soltura su alma bizarra y loca, las puede haber. Pero es palpable que esa apuesta cinematográfica fuera la concepción inicial.

Pues tenemos detrás de la serie talento como el de la actriz, guionista y directora Amy Seimetz (The Girlfriend Experience, She Dies Tomorrow), que respira una sensibilidad más cercana al cine independiente y no al de una serie de Amazon. O también a Brad Pitt como productor ejecutivo de la serie. No es difícil imaginarlo siendo el protagonista de la posible película original en un universo alternativo. 

Alineación decidida: Josh Brolin y 10 más.

No obstante, en los tiempos que corren, doy por descontado que muchas grandes ideas para películas están siendo reconvertidas y estiradas en serie porque “el cine ya no mola”. Hacia aquí va la industria. Como diría aquel, “es lo que hay”.

Así las cosas, no, no estamos ante una maravilla del fantástico como Twin Peaks. Ni ante el adictivo misterio sobrenatural de Lost, ni tampoco ante el culebrón cowboy de Yellowstone…estamos, más probablemente, ante una nueva The OA que ha conseguido engatusar a Josh Brolin. Desconozco si habrá segunda temporada pero me encantaría que así fuera.

No tanto por seguir con el cliffhanger en el que cierra la historia. Sino más por las ganas, casi fetichistas, que tengo por observar si todo acaba virando hacia la absoluta intrascendencia o bien hacia la genialidad caótica. Como con tantas películas y series que descartamos pronto y que, al cabo de unos años, nos damos cuenta que eran unas incomprendidas de su tiempo. Ahora mismo, Outer Range podría decantarse en ambos lados, así que aquí queda el aviso a navegantes.

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