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Bendito sea Nick Antosca y su monstruo de Frankenstein, Channel Zero. La primera temporada ya prometía convertirse en una de las mejores series de terror del momento y con esta segunda entrega, titulada No-end house confirma que su visión sobre el género es absolutamente brillante. Ha logrado hacer lo más difícil: no repetirse e innovar, en cierta manera, para que la historia no resulte repetitiva ni recuerde demasiado a lo ya visto en su anterior temporada. Lo que sí pierde es ese toque de horror puro que conservaba Candle Cove, aunque eso no quita que No-end house también guarde en su interior la esencia de terror necesaria para hacernos pasar un mal rato delante del televisor –en el buen sentido–.
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Antosca ha pasado a enzarzarse aquí con el tema de las casas encantadas que guardan mil secretos en su interior y que, para escapar de ella, los protagonistas deberán pagar un alto precio. Si es que tienen la oportunidad de escapar, claro. A modo de tren de la bruja, No-end house posee un aire a la franquicia de James Wan, Saw, en la que un grupo de personajes pasan por distintas salas en las que deben enfrentarse a una serie de desafíos para poder pasar así a la siguiente y, del mismo modo, sobrevivir. Solo que Antosca no se limita a hacer que sus marionetas pasen unas pruebas determinadas y se liberen de sus pesadillas. Arrastra con ellos una maldición que, en realidad, es mucho más que mera ficción, algo que de lo que nunca podrán huir; el miedo, y el dolor, que provoca perder a un ser querido, a no olvidarlo nunca, a que sea un pensamiento que nos acompañe para toda la vida. Es una fórmula efectiva puesto que, en mayor o menor medida, todos hemos pasado por una situación similar en nuestras vidas, por lo que sentirse identificado con No-end house es más que sencillo.
A modo de tren de la bruja, un grupo de personajes pasan por distintas salas en las que deben enfrentarse a una serie de desafíos para sobrevivir
Si a todo esto se le añade que a Antosca le encanta torturar a sus personajes para que estos nos transmitan de primera mano el mismo miedo que están sintiendo, el resultado es algo espectacular. A pesar de que, por otro lado, en la mayoría de películas y series de terror los personajes no son el elemento más importante, ya que lo que el espectador espera, en términos generales, es ser testigo de un espectáculo macabro y violento –y, a poder ser, sangriento- que acabe con dichos personajes enterrados y un asesino suelto sin nadie que pueda detenerle. Y en contraposición a este concepto, y siendo Antosca consciente de ello, procura que No-end house sea una mezcla entre ambos aspectos, pero rechazando el slasher como componente de su fórmula secreta para Channel Zero.
Y todo esto con unas actuaciones y un elenco de actores espectaculares. El que más destaca es John Carroll Lynch, avezado actor al que ha sido posible verle en otras series como American Horror Story en el papel de payaso asesino o en películas como la reciente La Invitación, ganadora del festival de Sitges 2015. La verdad es que se nota que Carroll tiene ya un currículo bastante amplio en el género del terror o del thriller, porque su soltura en pantalla eclipsa por completo cualquiera de las otras interpretaciones. Aunque Amy Forsyth, la supuesta protagonista, también deja algunas perlas que hay que tener en cuenta.
Antosca crea una historia de terror más bien psicológica, guardando algunos ases en la manga para contentar también a los fans de los jumpscares y el gore, a partir de leyendas urbanas que lleva a los protagonistas a vivir un relato totalmente onírico que juega con su mente y con la de sus espectadores para que los dos bandos obtengan la misma información al mismo tiempo. Aumentando así la tensión, el misterio y la creación de imágenes surrealistas. Unas imágenes sobre las que, grosso modo, se va a mover mayormente Antosca para darle ese toque de incertidumbre para ampliar el sentimiento de miedo, porque siempre se teme más aquello que se desconoce.
No-end house es bastante superior a su predecesora, dejando claro, por supuesto, que las dos son un regalo para los fanáticos del género. No perdáis esta serie de vista, el mes que viene se estrena su tercera temporada. Y, por ahora, lo que se ha mostrado de ella tiene una pinta irresistible.