Caras B
Treme, Studio 60, Curb your Entuthiasm, Frasier...

Caras B

Las "otras series" imprescindibles de creadores como David Simon, Aaron Sorkin o Larry David

¿Qué serían The Beatles sin «I Am the Walrus»? ¿Quién no conoce «We Will Rock You» de Queen? ¿Os suena «Fog» de Radiohead? ¿»Fury» de Muse? ¿»Daddy’s Eyes» de The Killers? Si alguno de estos temas os dice algo seréis candidatos a disfrutar las series imprescindibles de este artículo. Estas cinco series que, o no han gozado de las alabanzas de los críticos o del calor de las audiencias como merecerían, comparten con las canciones arriba nombradas el hecho de ser caras b. Obras que, desgraciadamente, siempre vivirán a la sombra de otras creaciones de sus geniales autores, pero que tienen suficiente entidad propia como para poderse haber convertido en grandes éxitos, incluso aunque hubiesen estado escritas por cualquier hijo de vecino.

Treme

«Los ingredientes habituales de Simon: ritmo lento y desarrollo de tramas y personajes muy sutil, pero la espera merece la pena»

Hay vida después de The Wire. En Treme el ex reportero del Baltimore Sun, David Simon, vuelve a trabajar con Eric Overmyer (ya compartieron pluma, o más bien Celtx, en Homicide: Life on the Street y en la obra maestra The Wire) para crear una serie profundamente infravalorada. Si te gustó The Wire, pero querrías menos crimen y más variedad de tramas, prueba con Treme.

Tremé es el nombre de un barrio de Nueva Orleans, con una historia musical más importante que la de cualquier otro barrio de cualquier otra ciudad del mundo. Es una afirmación que puede sonar exagerada, pero se queda corta. La serie cuenta con el sello de calidad de la HBO para retratar las historias de ese barrio (y la ciudad en general) a partir del Katrina, el huracán que devastó Nueva Orleans en 2005. Las tramas incluyen historias de la calle, de pobreza, de relaciones, de policía y política, siempre entremezcladas con la música y los músicos callejeros de la ciudad.

A parte de eso, los ingredientes habituales de Simon: ritmo lento y desarrollo de tramas y personajes muy sutil, pero la espera merece la pena. La banda sonora es exquisita. De hecho la HBO mantiene una web actualizada con todo lo que suena en la serie , para no perderse nada de este valor añadido que es gozar de numerosos conciertos en directo en cada capítulo. El reparto es excepcional: muchos de los actores son locales de Lousiana, algunos ni siquiera son profesionales, otros son músicos de renombre. Sus vidas se cruzan en algún u otro momento de las cuatro temporadas que conforman la serie.

Studio 60 (On the Sunset Strip)

«Deja al espectador con el dulce regusto de haber vivido una historia agradable, divertida y emocionante, algo cada vez más difícil de experimentar»

Si hubiera un Olimpo de la escritura para televisión, Aaron Sorkin estaría sentado justo a la derecha de David Simon. Probablemente no se debería poner la mano en el fuego por nadie en esta vida, y menos por un escritor de ficción, pero después de The West Wing, Sports Night, The Newsroom, The Social Network o Charlie Wilson’s War Sorkin no necesita demostrar nada.

Studio 60 es una pequeña joya de una temporada de duración. La medida perfecta. Tras 22 capítulos acaba y deja al espectador con el dulce regusto de haber vivido una historia agradable, divertida y emocionante, algo cada vez más difícil de experimentar. La serie sigue la vida delante y detrás de las cámaras de un show de televisión semanal con sketches satíricos de actualidad a lo Saturday Night Life.

Como toda serie de Sorkin garantiza grandes diálogos, autocríticas al sector más rancio de la política norteamericana y alguna que otra escena demasiado dulce para el paladar europeo, pero siempre con una notable calidad en el guión. ¿Quién se iba a imaginar que se podía conseguir semejante actuación de Matthew Perry en el personaje de Matt Albie?

Frasier

«Nunca podrá quitarse el calificativo de spin-off y vivir a la sombra de Cheers»

Introducir en una lista de caras B una serie que estuvo en antena nada menos que once temporadas seguidas puede ser algo atrevido. Es cierto que eran otros tiempos, las series se eternizaban, renovaban temporada tras temporada, y no había la lucha encarnizada que hay hoy en día por un espacio en la parrilla. Además tiene entidad propia, fue reconocida por la crítica y entró en la historia de la comedia televisiva. No obstante, sí cumple el otro requisito para ser cara B: nunca podrá quitarse el calificativo de spin-off y vivir a la sombra de Cheers, otra serie que duró once temporadas y que marcó un antes y un después en la historia de la comedia para la pequeña pantalla.

Frasier sigue la vida privada y las relaciones personales del doctor Frasier Crane tras su mudanza de Boston (Cheers) a Seattle (Frasier) después de un cambio vital. El tono incluye el mismo humor satírico e intelectual asociado al personaje y las situaciones paradójicas que se derivan de convivir con su padre Martin (John Mahoney), un detective de la policía de Seattle retirado y que tiene problemas de movilidad a raíz de un tiroteo en que sufrió lesiones.

Si Frasier es la cara B de Cheers, Boss es la cara B particular de Kelsey Grammer, un actor que encadenó 22 años seguidos trabajando para el mismo personaje en Frasier y Cheers (un personaje pensado, en principio, para una corta vida de seis capítulos en antena). En Boss la historia es completamente diferente: Grammer encarna al alcalde de Chicago ante la cámara, mientras la historia se sumerge en las entrañas de la política de las grandes ciudades norteamericanas, y se llena de mierda en el camino.

Curb Your Enthusiasm

«La serie sigue la vida de Larry David en Los Ángeles y finge basarse en los acontecimientos de ésta, pero no todo es verídico, deja espacio a la ficción»

Larry David es uno de los personajes más especiales de la televisión. Después de escribir y producir Seinfield (otro hito de la comedia) se lió a idear y protagonizar Curb Your Enthusiasm que, ante la incapacidad para encontrar algo mejor fue pobremente traducida como El Show de Larry David en España.

La idea se basa en la improvisación y en la narración pseudo-documental. La serie sigue la vida de Larry David en Los Ángeles y finge basarse en los acontecimientos de ésta, pero no todo es verídico, deja espacio a la ficción.

Está incluída en la lista por la poquísima audiencia que ha tenido por estos lares, ya que menciones a parte (nominada a más de veinte Emmy y cinco Golden Globe, y ganadora del premio a mejor comedia en ambos casos) no ha sido un gran éxito de masas, tal vez por su género difícilmente calificable.

Canal+ España intentó algo similar con la vida de Jorge Sanz en ¿Qué fue de Jorge Sanz? de David Trueba, que en ocasiones entretiene y en otras aburre, pero no está al nivel de Curb Your Enthusiasm.

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