Entrevista a Bob Pop ('Maricón Perdido'): "'Dorian Gray' es cripto-gay"
Entrevista a Bob Pop, creador de 'Maricón Perdido'

«El lenguaje cripto-gay de ‘Dorian Gray’ hacía que no me sintiera tan solo»

Bob Pop aka Roberto Enríquez cuenta su vida en 'Maricón Perdido'. Un título que le regaló Andreu Buenafuente y que define a la perfección este viaje a su pasado contado desde la memoria tramposa y la escritura salvadora.
bob pop maricon perdido

Bob Pop estrena 'Maricón Perdido' este viernes 18 de junio en TNT.

Cuando uno habla con Bob Pop tiene la sensación de estar conversando con un tipo que ha perdido el miedo a todo. Un personaje extravagante, pero a la vez sencillo, con un discurso claro, culto y divertido que ha sabido apreciar la vida lo suficiente como para sentirse libre. Bob Pop fue creado por Roberto Enríquez, para hacer un reset a su vida y empezar de cero con una nueva identidad. Una nueva criatura que llega a su plena madurez con la capacidad de mirar atrás y crear Maricón Perdido. Una serie que abraza esta expresión peyorativa y le da otro sentido.

Pocas veces se ha hecho una serie así en la ficción española y Bob ha tenido la suerte, el talento y el apoyo de sus amigos para crearla. Se suele decir que justo antes de morirte, ves pasar tu vida como una película. Viendo esta serie tienes el feeling de estar viendo la peli que vería Bob Pop. Jugando con el recuerdo hackeado y abrazando lo diferente, Bob y su equipo consiguen encontrar el tono ideal entre lo fantástico y lo real para hacer una dramedia tierna, luminosa y tristemente divertida. Toda una lección de supervivencia con la que es muy fácil empatizar.

‘Maricon Perdido’ es un viaje a tu pasado. ¿En qué crees que te ayuda narrarte?

Para mí era fundamental hacer este viaje. Y hacer este viaje en los diferentes yoes que aparecen en la serie. Emocionalmente todavía no he abierto la espita, me lo he tomado como un trabajo, como la necesidad de contar una historia de la mejor manera posible, lo más cercano a como yo quería hacerlo, pero no he querido rascar las heriditas que he abierto. Cuando aquello se abra imagino que me ingresarán y a base de electroshocks y pastillas saldré como nueva, pero de momento me he dedicado a currar.

Este curro es muy terapéutico, porque te impide regodearte o regocijarte o clavarte lápices en las cicatrices. Vas tirando y vas contando lo que quieres contar, porque al final lo que a mí me importa es contar lo que quiero contar. Maricón Perdido no es una visión a fogonazos o un power point de mi vida, es una mezcla entre mis recuerdos, mis recreaciones, mis fantasías, es una mezcla de todo lo que está en mi cabeza. No pretendo entender ni ser fiel a lo que viví en ese momento, sino a cómo todo eso me ha llevado a ser quien soy y yo lo rehago, lo reconstruyo y lo rememoro.

¿Y qué día decides hacer una serie sobre ti?

Es una serie sobre la escritura de uno mismo, sobre cómo te construyes

Me llaman los responsables de TNT y me dicen «escribe una serie sobre tu vida». Y yo les digo «dejad las drogas y pasad de mí» (risas). Al cabo de unos meses lo hablamos a raíz de mi sección en Late Motiv donde cuento mi infancia y empiezo a tirar de mi pasado. Más que una serie sobre mí, me apetece contar una serie sobre la escritura de uno mismo, sobre cómo te construyes. 

Hay una persona muy cercana a ti que te ayudó a aterrizar la historia y convertirla en una serie: Berto Romero.

Sí… Le pido que se siente conmigo antes de presentar el primer borrador de tratamiento a TNT para que me diga honestamente si lo que quiero contar tiene una serie o simplemente me tengo que acostar, dormir y levantarme mejor al día siguiente. Berto me acompañó en todo el proceso de escritura. Yo le di toda la autoridad y ha habido pocas veces en las que yo haya contravenido sus consejos, me ha dado una seguridad enorme.

A partir de ahí encuentro la forma de darle una estructura, de ida, de vuelta, de deconstrucción, de memoria, de fantasía. En realidad podría haber contado otra historia, pero el material que tenía propio me parecía muy jugoso y si escribes de lo que sabes todo es más fácil y más verosímil.

Estoy muy contento de los amigos que tengo. Tengo mucha suerte. Berto, además de ser amigo mío, es alguien a quien admiro, sobre todo por dos cuestiones. Una porque es un tipo súper inteligente, y otra porque es un tipo muy crítico y muy honesto. Cuando yo terminaba el guion de un capítulo o una secuencia se la mandaba a él para ver si algo le chirriaba. Si a Berto le rascaba mínimamente yo sabía que no podía ir por allí. En ese sentido si me pongo en manos de alguien es porque confío de verdad. Me ha dado una seguridad enorme.

También he tenido la figura de Enric Pardo que ha trabajado como coordinador de guion que ha definido su trabajo como «ser la pluma de Dumbo». Le iba mandando los guiones, porque yo nunca había escrito un guion de ficción, no sabía de estructura y Enric ha sido un soporte fundamental porque ha hecho que me creyera lo que estaba escribiendo y que sintiera ganas y sobre todo sintiera autoridad para contar lo que quería contar. Andreu Buenafuente ha sido el productor y un apoyo y un cariño en todo momento.

Oscar Wilde, Evita Perón, Culture Club… A lo largo de la serie vemos cómo creas tu identidad a través de una serie de referentes.

Eran los únicos lugares donde había una realidad alternativa y un hueco en ese callejón sin salida que era la infancia y la adolescencia del niño marica a finales de los 70 inicios de los 80, los referentes eran los libros y la música. Era pensar que había otros espacios y otras posibilidades más allá de ser un marica de pueblo.

Leías ‘El retrato de Dorian Gray’ con 14 años.

Claro que sí, ojalá hubiese estado follando en un descampao, pero no, estaba en mi casa leyendo. Encontraba que había un lenguaje, como una especie de código cripto gay tanto en Dorian Gray como en Otras voces, otros ámbitos de Capote, incluso en A Sangre Fría. Iba encontrando posibilidades, reflejos, opciones de ser algo parecido a lo que yo sentía que era y que no me sintiera tan solo. En la serie todos estos referentes están porque me parecería deshonesto hablar de mí sin todo lo que contiene. Tenemos bibliografía, pero también tenemos biografía. Y hay que tenerlo en cuenta para ser honesto.

¿Viendo ‘Maricón Perdido’ conoceremos a Roberto Enríquez?

Sí, totalmente. Hay cosas que no son exactamente como pasaron pero sí muestran exactamente como recuerdo que me sentí. 

Contar historias diferentes hoy en día.

Si lo que sirve duele más o menos, me da igual, porque lo que quiero es contar mi historia

Solamente el hecho de poder hacer una serie de 6 episodios de media hora, me parece un regalo. Todos tenemos un nicho. Y eso está muy bien. Esta serie no hubiese pasado el filtro de una serie generalista en prime time, porque es otra cosa. Yo sé que lo que estoy contando es lo quiero contar, quien lo quiera ver y disfrutar es fantástico. Hay muchísima oferta. Hay una cosa que es tranquilizadora a la hora de crear, y es que no hay nada definitivo, no pasa nada porque haga una mierda porque hay mucha más oferta y no estoy cambiando el canon ni le estoy quitando el espacio a algo mucho más importante, estoy contribuyendo a un panorama general que cualquier obra mínimamente honesta contribuye a enriquecer.

Yo me uso como material, soy muy despiadado conmigo mismo, utilizo lo que me sirve para contar mi historia. Si lo que sirve duele más o menos, me da igual, porque lo que quiero es contar mi historia. Y contarla de la forma más emocionante y más libre y más sincera posible. A mí hay una cosa que me interesa mucho a la hora de escribir y crear y es no aburrirme yo. Si yo me aburro es todo un desastre. Tenía que conseguir no aburrirme con mi propia vida, que me la sé.

¿En qué series te has fijado para crear ‘Maricón Perdido’?

Hay dos que me gustan mucho. Please Like Me me parece que es una serie que empieza como una comedia de mariquillas y acaba siendo la serie más bonita que he visto sobre salud mental. Y otra es Special, sobre un chaval gay con parálisis cerebral, autobiográfica. Estas dos series me ayudaron a entender que todas las vidas si las cuentas con picardía y gracia pueden tener su aquél.

please like me serie

Josh Thomas, protagonista y creador de ‘Please like me’.

Aceptar que eres diferente al final es tu fuerza y por lo que te respeta la gente.

Tiene que ver con dos cosas la aceptación de la diferencia y con la asunción de que no estás solo, de que cualquier cosa, movimiento, tiene que ver con lo comunitario. Mi personaje en el primer episodio asume su diferencia pero también asume que esa diferencia hay un punto que empieza a ser tratada con cariño. Y el cariño de los demás es lo que nos acaba dando la razón. Hay una cosa que yo descubro con mi diferencia y es que no tiene por qué ser una herramienta de defensa, pero sí se convierte en un lugar desde el que yo puedo hablar. 

Mi marido me decía: «Amor tú siempre has dicho las mismas tonterías, lo que pasa es que ahora te hacen caso»

Es decir, si esa diferencia que a mí me ha hecho pasarlo mal durante muchos años, me sigo quedando en ese lugar y descubro que tengo una mirada periférica sobre según qué cosas, y precisamente es esa mirada y la forma en la que yo cuento las cosas desde esa mirada la que me permite llegar a muchísima gente. Es una cosa muy bonita que mi marido me decía mucho, «amor tú siempre has dicho las mismas tonterías, lo que pasa es que ahora te hacen caso». Lo bonito es que ese lugar que ocupas desde la diferencia, también te da una perspectiva diferente para generar tu discurso y eso también está en la serie. 

La cuento desde un lugar que no quiere ser mainstream, la cuento desde quién soy, desde un lugar que no es una fortaleza, es un lugar abierto donde recibo a toda la gente que quiera sumarse. Eso también es lo que permite sentir que lo que digo desde donde lo digo me legitima.

Decides llamarte Bob Pop para empezar de cero con la vida que tú quieres.

Hay una cosa en la que yo pensaba mucho cuando escribía esta serie. Y es que se habla mucho de supervivientes, pero yo no creo en los supervivientes. Yo creo que no sobrevivimos, hay un momento en el que estamos muriéndonos y somos cadáveres. Y lo que sigue adelante no es quien ha sobrevivido a todo aquello que pasó, no, en ese momento hay una muerte y empezamos de nuevo con un trozo que nos falta. Y luego según vamos siendo adultos conseguimos volver a recuperar ese trozo con la memoria, con una memoria que debe ser generosa con nosotros y con lo que vivimos pero realmente no hay una supervivencia, hay una muerte, y ni siquiera una resurrección.

Es como un cohete espacial que llegado a cierta distancia tiene que soltar lastres. Nosotros hacemos eso, es decir, somos basura espacial. La basura espacial la hemos ido dejando. Y ese nuevo nombre tiene que ver con eso, con empezar a vivir de otra manera, eliminando todo aquello que nos ha hecho daño.

maricon perdido serie tnt

Miguel Rellán es el abuelo de Bob Pop en ‘Maricón Perdido’ / TNT

‘Maricón Perdido’ es el momento en el que tú eres lo suficientemente Bob Pop como para mirar atrás y contar el antes de ser Bob Pop.

Es el único momento en el que me he atrevido a hacer eso, también porque es el momento en el que he sentido mi voz autorizada. Maricón Perdido no tiene solo que ver con empatizar con el sufrimiento ni con el dolor ni con la evasión, tiene que ver con entender que necesitamos que nuestras voces tengan autoridad, todos, todas y todes, para poder contar quiénes somos.

A tu madre la conocemos desde el primer minuto que sale, pero con tu padre es otra historia…

Lo que quise es borrar al padre. No puedo estar más agradecido a Carlos Bardem por haberse prestado a hacer un personaje que no se le ve la cara en ningún momento, a trabajar solo con lo corporal y con la voz. Yo quería borrar al padre por una sencilla razón y es porque me parezco a él, según pasan los años me parezco más a mi padre y no quiero tener ese rostro similar al mío en una serie aunque sea un actor, aunque yo no sea yo. Tenía la posibilidad en la ficción de cancelar la figura de mi padre y lo hice tan contento.

en .

Ver más en Maricón perdido.