2000s, drogas y techno

Descrita como un híbrido entre Euphoria, Autodefensa y Transpoitting, Kids in crime puede que sea la serie más polémica que veáis este verano.

Ganadora de 4 Premios Gullruten, los Óscar del Cine y la Televisión Noruega, por su «autenticidad, brutalidad y originalidad», el director de la serie, Kenneth Karlstad, que se inspiró en su propia juventud para escribirla: «Es una serie hecha por y para niñatos, pero no importa en qué año naciste para poder disfrutarla. A las señoras del club de costura de mi madre les ha encantado la serie, así que me parece que llegamos a una audiencia bastante amplia».

Estamos en el año 2001 cuando Tommy, un chaval de 17 años, se rompe la rodilla y su carrera en el fútbol se para de golpe. Ahora que ya no tiene el deporte, decide enfocar su vida con la otra única cosa que le interesa: la violencia.

Ambientada en la Noruega de 2001, la serie nos enfrenta a Tommy, un chico de 17 años que, cuando su carrera en el fútbol se trunca debido a un accidente, enfoca su vida en la otra única cosa que le interesa: la violencia. A raíz de esto, Tommy reconecta con un viejo amigo de la infancia, Pål Pot, quien pasa los días junto al narcotraficante de la zona, Freddy Infierno. La valentía y desvergüenza de Tommy encandilan rápidamente al camello, que convierte al joven en su brazo derecho.

Los problemas estallan cuando Tommy y Pål van a vivir juntos y se une a ellos Monica, una chica fiestera y adicta a la velocidad que resulta ser la exnovia de Freddy Infierno. Pronto, Tommy se verá obligado a elegir entre sus amigos y su nueva carrera en el mundo del crimen.

El cortometraje de debut de Kenneth Karlstad, The Hunger, le valió el Premio Joven Director en Cannes en 2019 y el Premio de la Crítica Cinematográfica en el Festival de Cortometrajes de Noruega. Kids in Crime es su debut en formato largo.