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Si existiera un grupo de apoyo para adictos a Friends yo tendría una silla reservada. Como muchas personas que vivieron su adolescencia entre finales de los 90 y principios de los 2000 yo me crie con Rachel, Monica y el resto y me enamoré de la idea de que tus amigos son la familia que escoges. Así que sí, yo era de las que esperaba el tan anunciado especial de HBO Max que es, ni más ni menos, el tipo de producto sentimentaloide que los seguidores de la serie apreciamos.
Los fans fatales de Friends adoramos a los personajes de la comedia –los consideramos prácticamente nuestros amigos– pero también a sus actores, y somos capaces de pasar por alto que algunos de ellos lleven prácticamente colgado al cuello un anuncio de desahucio. Esa no es nuestra narrativa porque ellos nos dieron algunos de los mejores momentos de nuestra vida y nos negamos a que nada empañe ese recuerdo.
Precisamente por ese vínculo emocional con la serie, la idea de un especial a medio camino entre la entrevista y el documental es la mejor manera de reencontrarse con Friends. Cuando se lanzó el tráiler muchas personas se quejaron en Twitter de que eso no era lo que esperaban, que ellos querían saber cómo serían en la actualidad Phoebe o Rachel, o cómo sería la relación de Chandler con sus hijos. ¿En serio queréis ver eso? ¿Exactamente para qué? ¿Para poder criticar que la serie ya no es lo que era o decir que ha perdido su gracia? Aún está por nacer el reboot que no se meta una hostia nada más estrenarse. Las reacciones al tráiler –señalando lo mal que estaban físicamente algunos de los actores– ya dejaban entrever que hacer un episodio de ficción habría sido el plan perfecto para cargarse el legado de la serie.
https://www.youtube.com/watch?v=HRXVQ77ehRQ
Este falso retorno es la mejor de las opciones para homenajear Friends y nos vuelve a demostrar que, por mucha tirria que les tengan algunos, los actores de la comedia siempre juegan de forma inteligente sus cartas (recordemos cuando se unieran para cobrar todos lo mismo, un millón de dólares por capítulo) y que tienen un cierto sentido de la dignidad. Lisa Kudrow lo deja muy claro cuando, en tono de broma, en un momento de la entrevista asegura que a su edad no se ve haciendo una Phoebe que sigue siendo una hippy alocada. Creo que, al igual que les pasa a los actores, ninguno de nosotros quiere ver a los personajes que tanto queríamos convertidos en seres bordeando el patetismo.
Hay momentos en que es imposible no sufrir por Matthew Perry, que es, con diferencia, el que más perjudicado está
Para el ojo ajeno al fenómeno, Friends: The Reunion es una cursilada, una ñoñería. No los puedo contradecir: lo es, pero es nuestra ñoñería. Porque si viviste la serie como TU SERIE es imposible no emocionarte cuando ves entrar a los actores uno a uno al piso de Monica y mirar con nostalgia cada uno de los detalles, o cuando comparten pequeños detalles del rodaje, o cuando simplemente se abrazan. O cuando confiesan secretos jugosos que nunca han trascendido a la opinión pública (y mira que eso tiene que ser difícil cuando vives la exposición mediática que ellos experimentaron). Para bien, o para mal, según algunos, Friends marcó una era de la televisión y cambió la vida de sus protagonistas y eso es algo que el especial capta a la perfección.
Evidentemente no todo funciona en este especial. Hay momentos en que es imposible no sufrir por Matthew Perry, que es, con diferencia, el que más perjudicado está y el que menos habla. Las estrellas invitadas –David Beckham y demás– pintan más bien poco y no aportan nada que pueda interesar a un fan de Friends. Algunas de ellas protagonizan una desfilada no apta para personas con alta sensibilidad para las situaciones de la vergüenza ajena.
Por contra, actores que fueron elementos imprescindibles para el éxito de la serie, como por ejemplo Maggie Wheeler, la icónica Janice, reciben un trato casi denigrante permitiéndoles aparecer sólo unos minisegundos. A pesar de esos momentos, Friends: The Reunion cumple a la perfección su función: seguir apuntalando el halo de leyenda de la televisión que acompaña la serie que nos hizo soñar con compartir un piso estupendo e impagable en Nueva York con nuestros mejores amigos.
Los 4 momentazos de ‘Friends: The Reunion’
- El más emocionante: Cuando los seis se pasean por el plató y recuerdan cada pequeño detalle. Nostalgia pura.
- El más triste: Cuando Matthew Perry explica la ansiedad que le provocaba que el público no riera con sus líneas de diálogo.
- El más sorprendente: Los cotilleos personales (y hasta aquí puedo leer…).
- El más innecesario: El desfile de algunos de los outfits más recordados de la serie.