No hay revolución sin contracultura.
Abrimos este espacio crítico para hacer temblar la Tercera Edad de Oro de la televisión.
Nunca más volverás a quejarte de que “la serie tendría que haber terminado hace dos temporadas” o de que una trama es “más insoportable que el lío de Joey y Rachel”
La saturación de ofertas de ocio, la multiplicidad de ventanas y los inputs exteriores que nos llegan en todo momento están haciendo que la experiencia íntima y personal de ver nuestra serie sea cada vez más difícil y compleja.
¿Para qué centrarnos en la belleza del amor pudiendo hacerlo en la horripilante oscuridad del odio? Ahí va una breve lista de los más buscados por los sicarios de los espectadores.